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                                      6. Los receptores sensitivos. 
                                     
									  Están encargados de captar la información 
									  del medio, tanto externo como interno, en el que se desarrolla 
									  la vida de un individuo. Piensa en ti mismo, en todo lo que 
									  tienes a tu alrededor, en la cantidad de cosas que llaman tu atención, la variedad de estímulos que recibes conscientemente, 
									  y los que recibes sin darte cuenta, por ejemplo los que vienen 
									  de tu propio cuerpo.  Esa información siempre provoca una respuesta en el 
									ser vivo, más lenta o más rápida, inmediata o a largo 
									plazo, pero imprescindible para mantener la vida. A esa 
									información que provoca una respuesta le damos el nombre 
									de ESTÍMULO.
									
																	
																						  
									  Los receptores suelen ser neuronas; a veces son células 
									de otro tipo modificadas.  Pueden actuar de forma aislada 
									como las de la piel, o en grupo como las del gusto. En ocasiones 
									son ayudadas por otras células y órganos ajenos al Sistema 
									Nervioso, llegando a constituir órganos muy complejos, como 
									los de la vista o el oído. Los receptores son capaces de captar estímulos muy 
									variados, desde la luz y el sonido, hasta calor y frío, 
									presión, moléculas químicas, niveles de O2 y CO2, azúcar en 
									sangre, la posición en el espacio, etc. Según la procedencia 
									del estímulo hay que diferenciar entre: 	
									
									
									 
									 Receptores internos (ENTEROCEPTORES): son terminaciones 
									neuronales que se encuentran distribuidas 
									   por todo el organismo, 
									en todos los órganos y tejidos, captando la información del estado 
									fisiológico del ser 
									   vivo en cada momento. De esta manera, el encéfalo 
									tiene una visión exacta de nuestro funcionamiento de 
									   forma instantánea. 	
									
									
																	
									 
                                     Receptores externos (EXTEROCEPTORES): son los más conocidos, 
									puesto que constituyen los llamados 
									   ÓRGANOS DE LOS SENTIDOS. Nos 
									permiten vivir en nuestro medio externo y relacionarnos con otros 
									   seres vivos. 
									
									
									 
																
									 
												
																																		
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                                            				Actividad 14
                                                            
															  |  |  
 Los sentidos.
 1.	La vista 
									 Es, posiblemente, el sentido más importante 
									de cuantos poseemos. Por  él penetra en nosotros 
									la mayor parte de la  información para nuestra vida. 
									Haz la prueba de vendarte los ojos y verás lo difícil 
									que te resulta entender lo que sucede a tu alrededor. 
									Las personas ciegas desarrollan otros sentidos para 
									compensar la pérdida de la vista.
																	
									 
                                     Los receptores de la vista se estimulan por la luz. 
									Estos receptores se encuentran en un órgano muy complejo 
									que es el ojo, constituido por el globo ocular, al que 
									además acompañan una serie de músculos, que le dan gran 
									movilidad, y glándulas que le lubrican y le protegen.
									
									
									 
                                     La luz entra al interior del globo ocular atravesando 
									la córnea, y el cristalino enfoca la imagen sobre la retina, 
									que es el lugar donde se encuentran las células receptoras. 
									Estas células son de dos tipos:
									
																
									 
 
                                     CONOS: se estimulan por las diferentes longitudes 
									de onda, es decir, por los colores, y constituyen lo 
									que llamamos la "visión diurna". ¿Has observado que 
									los colores sólo los distinguimos de día?; durante  
									la noche vemos en blanco y negro. 
                                     BASTONES: se estimulan por las distintas intensidades 
									de luz, es decir, los brillos, y constituyen la "visión 
									nocturna", la que nos permite ver algo por la noche.   La imagen que se forma en la retina es idéntica a la que 
									se forma sobre la película del interior de una cámara fotográfica; 
									es más pequeña que el objeto real y está al revés. La mayor o menor 
									nitidez con que veamos un objeto depende de cómo enfoque nuestro 
									cristalino la imagen sobre la retina, abombándose más o menos, 
                                    tal y como puedes ver en la siguiente 
                                    animación: 
                                     Esta deformación del cristalino es la causa de las
                                    
                                    
                                    enfermedades visuales
                                    
									  más frecuentes, que 
									explicamos a continuación:
											
									 
                                     
                                     MIOPÍA: es la incapacidad de enfocar objetos lejanos 
									porque el cristalino está demasiado abombado y no se 
									puede estirar para enfocar. 
                                     HIPERMETROPÍA: incapacidad de enfocar objetos 
									próximos porque, al revés que en la miopía, el 
									cristalino está demasiado estirado y no se puede abombar. 
                                     PRESBICIA, o vista cansada: pérdida de agudeza 
									visual. Impide ver objetos cercanos porque el 
									cristalino se endurece y tampoco se puede estirar. 
                                     ASTIGMATISMO: se ven deformadas las líneas verticales 
									porque el cristalino se abomba de forma desigual por su superficie. 
                                     CATARATAS: el  cristalino se hace opaco y no deja pasar la luz. 
                                     DALTONISMO: es la ceguera para los colores; se confunden 
									ciertos colores como el verde y el rojo.  Es la única 
									enfermedad que no tiene que ver con el cristalino, sino 
									con los conos.   (Contiene vídeo) 
										 
   
                                        
										Actividad de investigación: 
                                    la miopía.    2.	El oído y el equilibrio. 
                                       Son sentidos muy diferentes. Se encuentran ambos en 
									el oído, que es también un órgano muy complejo, sobre 
									todo la parte interna, es decir, lo que llamamos el oído 
									medio e interno. En este último se encuentran los receptores, 
									encerrados en una bolsa de membrana que está rellena de un 
									líquido parecido al suero sanguíneo, y que recibe el nombre 
									de LABERINTO MEMBRANOSO.
																	
									 
                                     
									El sonido es un movimiento de las moléculas 
									que forman el aire, como una vibración de partículas. 
									Por esta razón el sonido no se transmite en el espacio 
									que está vacío y por eso, también, los sonidos cambian 
									tanto cuando hablas bajo el agua, porque ahí lo que se 
									mueven son las moléculas de agua. Esa vibración entra por 
									el pabellón auditivo, la oreja, y llega hasta el tímpano 
									que vibra como si fuera un tambor, transmitiendo la vibración
									 hasta los huesecillos que, a su vez, la transmiten hasta el 
									 laberinto, estimulando a los receptores.
									
									
									 
                                     
									Los huesecillos -los más pequeños de nuestro organismo- 
									están situados en el llamado OÍDO MEDIO, que se comunica 
									con la faringe a través de un conducto llamado la TROMPA 
									DE EUSTAQUIO, y son tres: el MARTILLO, el YUNQUE y el ESTRIBO.
									 
									La TROMPA DE EUSTAQUIO es la responsable de algunos 
									fenómenos curiosos de nuestro oído; por ejemplo, de 
									que oigamos nuestra voz desde dentro, y no por los oídos, 
									cosa que habrás notado cuando escuchas tu voz grabada y no 
									eres capaz de reconocerte porque en ese momento estás 
									escuchando tu voz desde fuera, por los oídos. También 
									produce el efecto de destaponar nuestros oídos cuando 
									se taponan por efecto de la presión, por ejemplo al 
									bucear o al viajar en avión.
									 
									El sentido del equilibrio se debe a la existencia 
									de otros receptores diferentes en el laberinto. Unos 
									son los encargados de detectar nuestra posición en el 
									espacio cuando estamos quietos, es decir, si estamos de 
									pie, sentados o agachados, rectos o inclinados, boca 
									arriba o boca abajo, pero quietos. Es lo que llamamos 
									el EQUILIBRIO ESTÁTICO.
									 
									Otros receptores del equilibrio nos permiten desplazarnos 
									por el espacio sin caernos, andar o bailar, montar en 
									bicicleta, correr o nadar.  Forman el EQUILIBRIO DINÁMICO, 
									que se encuentra en los canales semicirculares del laberinto. 
									Estos receptores son los responsables de que nos mareemos cuando 
									damos vueltas muy deprisa.
									 
									  
                                      
                                    				
                                      					 
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                                          					Actividad 15
                                                            
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 (Contiene vídeo) 
										 
 3.	El tacto y el dolor
 
                                     
									Se encuentran fundamentalmente en nuestra piel, tanto fuera 
									de nuestro cuerpo, como en las aberturas, en la boca, en la 
									nariz y oído, en los órganos genitales, etc. e, incluso, 
									dentro de nuestro organismo, en el tubo digestivo, en los 
									diferentes órganos, etc. Los más abundantes son los 
									receptores del dolor.
									 
									Existen varios tipos de receptores del tacto. Unos 
									identifican la presión que ejerce un objeto sobre 
									nuestra piel, otros la forma del objeto, otros detectan 
									si perdemos calor (sensación de frío) o si lo ganamos 
									(sensación de calor). Los receptores del dolor pueden 
									estar solos o asociados a los del tacto. Habrás observado 
									que una presión leve al principio puede terminar produciendo 
									dolor, o un objeto que notamos caliente puede terminar por 
									producirnos dolor también. No olvides que el dolor es un 
									mecanismo de defensa de nuestro organismo para 
									prevenir males mayores.
									 
									  (Contiene vídeo) 
										 
 4.	El olfato
 
                                     
									Es un sentido que consiste en la captación de moléculas químicas 
									volátiles, que se desprenden de la materia y se encuentran en el aire. 
									Los receptores están en la cavidad nasal.
									
									
									 
									  (Contiene vídeo) 
										 
 5.	El gusto
 
 
									Consiste en captar moléculas químicas pero, en este caso, 
									se trata de moléculas disueltas en el agua que forma la 
									saliva; si tenemos la boca seca no detectamos esas 
									moléculas. Los receptores se encuentran en la lengua y 
									por el interior de la boca, en unas estructuras denominadas 
									PAPILAS GUSTATIVAS (si te miras en un espejo con la boca 
									abierta las puedes ver hacia el fondo de tu lengua como 
									unos círculos pequeños, y por el resto de la lengua como 
									unas escamitas más o menos puntiagudas).
									 
									El SABOR es una sensación más compleja que el gusto, 
									ya que se debe no sólo a las moléculas disueltas en la 
									saliva, sino a la combinación del gusto, el olor, el 
									tacto y la temperatura. Seguro que has notado que 
									cuando estás acatarrado y tienes la nariz taponada 
									la comida sabe diferente, o que una misma comida fría 
									no sabe igual que caliente. En realidad sólo somos 
									capaces de detectar cuatro sabores: el dulce, el salado, 
									el ácido y el amargo; todos los demás sabores son una 
									combinación de estos cuatro, junto con el olor, la 
									temperatura y el tacto.
									
									 
                                     
									 
																		
									
									 
																
									Actividad 
                                    de investigación 2: Los sentidos. 
									 
									 
												
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                                          					Actividad 16
                                                            
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                                            				Actividad 17
                                                            
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                                          					Actividad 18
                                                            
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                                        				|  
                                          					Actividad 19
                                                            
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