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                                      9. Los actos voluntarios. 
                                        Son actos que producimos desde 
									  la CORTEZA CEREBRAL. Esta corteza  es la parte más 
									  superficial del cerebro y presenta una superficie 
									  muy arrugada y plegada para que haya más área de 
									  corteza.  Todo lo que llega aquí se hace consciente, 
									  es decir, nos damos cuenta de que sucede algo. La 
									  información que han captado los órganos de los 
									  sentidos llega a la corteza cerebral y nosotros 
									  respondemos de una forma voluntaria y también consciente. Todas las vías nerviosas que determinan estímulos y actos 
									conscientes finalizan o arrancan en la corteza cerebral. 
									Debemos, por tanto, diferenciar dos zonas claramente 
									distinguibles por su función:
									
									
																		
									 
                                      
                                        La CORTEZA SENSITIVA. Es la encargada de recibir 
									los estímulos captados por nuestros órganos de los 
									 
									sentidos. 
									Está formada por una corteza visual, una 
                                        zona auditiva, una zona olfativa, una 
                                        zona sensitiva y el área del habla. 
                                          La CORTEZA MOTORA. Produce las respuestas y 
									las envía a los órganos efectores.
									       
									
									
									  En la interpretación de los estímulos, así como en 
									la posterior producción de respuestas, juegan un papel 
									importante, la memoria, el aprendizaje que hayamos tenido, 
									nuestro estado de ánimo e, incluso, si tenemos hambre o hemos 
									comido. Todo esto da lugar a que, para una misma situación, dos 
									personas produzcan respuestas completamente diferentes, o que un 
									mismo individuo dé diferentes respuestas frente a los mismos 
									estímulos, según sea su situación en cada momento. 		
									
									
									 Los homúnculos 	
									
									 Cada uno de nuestros sentidos y cada uno de nuestros 
									órganos motores (manos y pies, brazos y piernas, cara, 
									lengua, etc.) son controlados por una cantidad determinada 
									de corteza cerebral, de forma que cuanto mayor es la sensibilidad 
									de un sentido, o mayor es la complejidad de movimiento que puede 
									producir un órgano motor, mayor es la cantidad de corteza cerebral 
									que se requiere para su control; así por ejemplo, el tacto de la
									 yema de los dedos, de los labios y de los genitales externos 
									 está controlado por una gran cantidad de corteza cerebral, 
									 igual que el movimiento de los dedos y el de la lengua. 
									 Cuando representamos una figura humana con el tamaño de sus 
									 órganos de acuerdo a la cantidad de corteza cerebral que 
									 los controla, surgen unas figuras muy curiosas que se 
									 denominan "HOMÚNCULOS", como el que ves en la imagen. 
									
									
									
									 
                                     
																
									 
												
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                                          					Actividad 24
                                                            
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