El Mester de Clerecía

Teoría-Actividades


Teoría:

Los clérigos

En la Edad Media había pocas personas que tenían cultura. A estas personas con educación que sabían latín se les conocía con el nombre de clérigos; aunque no fueran monjes.


El Mester de Clerecía

Los clérigos, a partir del siglo XIII, siendo conscientes de que la mayoría de las personas no entendían el latín, se decidieron a escribir en castellano; ya que su intención era instruir y transmitir sus conocimientos a la gente normal de la época.

Llamamos Mester de Clerecía a la forma de escribir y al conjunto de las obras que los clérigos crearon entre los siglos XIII y XIV.


Características del mester de Clerecía


Cuaderna vía

Recibe este nombre una estrofa formado por cuatro versos de 14 sílabas, llamados alejandrinos, que tienen la misma rima consonante.

Amigos y vasallos de Dios omnipotente,
si escucharme quisierais de grado atentamente,
yo os querría contar un suceso excelente:
al cabo lo veréis tal, verdaderamente.

Poetas de Mester de clerecía

Es el primer poeta castellano cuyo nombre conocemos. Nació a finales del siglo XII en Berceo (La Rioja), se educó en los monasterio de San Millán de la Cogolla (La Rioja) y Santo Domingo de Silos (Burgos); donde trabajó como administrador y notario del abad. Estudió en la universidad de Palencia y se cree que murió en el año 1264.

Su obra más importante es Milagros de Nuestra Señora que consta de veinticinco poemas en los que cuenta los milagros de la Virgen. Sus versos son espontáneos, sencillos, ingenuos y primitivos, es decir, encantadores.

Así expresa Antonio Machado sus impresiones sobre Berceo:

Su verso es dulce y grave: monótonas hileras
de chopos invernales, en donde nada brilla;
renglones como surcos en pardas sementeras,
y, lejos, las montañas azules de Castilla.

El Arcipreste de Hita vivió durante el siglo XIV. Probablemente nació en Alcalá de Henares, fue arcipreste del pueblo de Hita (Guadalajara) y parece que estuvo en prisión por motivos que se desconocen. Por lo que se deduce de sus escritos debió de ser un hombre alegre, amante de la buena vida y culto, muy culto.

La única obra que nos ha dejado es el Libro del buen amor, formado por un conjunto de poemas con temas muy variados. Nos cuenta en primera persona sus verdaderos o fingidos amores y entre ellos enlaza otros asuntos: poemas líricos dedicados a la Virgen, cantos a serranas, coplas de estudiante, cuentos, fábulas... En la obra predomina la cuaderna vía; pero también utiliza otros tipos de versificaciones. El mismo autor dice que escribió el libro para que las personas eviten el loco amor; sin embargo se atribuye aventuras amorosas con todo tipo de mujeres.

La vivacidad narrativa, la malicia y la gracia y el dominio perfecto del idioma hacen que esta obra sea una de las más apasionantes de la Edad Media.


Textos

Versiones actualizadas de Odres Nuevos
GONZALO DE BERCEO
Los siguientes fragmentos pertenecen a la introducción de Milagros de Nuestra Señora. Berceo imagina
ser un peregrino cansado que llega a un prado hermosísimo, lleno de flores y árboles. El autor describe
la belleza del prado. Luego nos dice que todos los hombres somos peregrinos en esta vida que conduce
a la vida eterna. Toda la descripción es una alegoría: el prado es la Virgen, que nos ofrece refugio
para nuestra difícil vida terrenal y los árboles son los milagros que la Virgen hace para ayudarnos.
Berceo termina diciendo que va a escribir alguno de estos milagros.
Amigos y vasallos de Dios omnipotente,
si escucharme quisierais de grado atentamente
yo os querría contar un suceso excelente:
al cabo lo veréis tal, verdaderamente.

yo, el maestro Gonzalo de Berceo hoy llamado,
yendo en romería acaecí en un prado
verde, y bien sencillo, de flores bien poblado,
lugar apetecible para el hombre cansado.

Daban color soberbio las flores bien olientes,
refrescaban al par las caras y las mentes;
manaban cada canto fuentes claras corrientes,
en verano bien frías, en invierno calientes.

Gran abundancia había de buenas arboledas,
higueras y granados, perales, manzanedas,
y muchas otras frutas de diversas monedas,
pero no las había ni podridas ni acedas.

La verdura del prado, el olor de las flores,
las sombras de los árboles de templados sabores
refrescáronme todo, y perdí los sudores:
podría vivir el hombre con aquellos olores.

Nunca encontré en el siglo lugar tan deleitoso,
ni sombra tan templada, ni un olor tan sabroso.
Me quite mi ropilla para estar más vicioso
y me tendí a la sombra de un árbol hermoso.

A la sombra yaciendo perdí todos cuidados,
y oí sones de aves dulces y modulados:
nunca oyó ningún hombre órganos más templados
ni que formar pudiesen sones más acordados.
.........................................................................
El prado que yo os digo tenía otra bondad:
por calor ni por frío perdía su beldad,
estaba siempre verde toda su integridad,
no ajaba su verdura ninguna tempestad.

En seguida que me hube en la tierra acostado
de todo mi lacerío me quedé liberado,
olvidé toda cuita y lacerío pasado:
¡el que allí demorase sería bien venturado!

Los hombres y las aves cuantas allí acaecían
llevaban de las flores cuantas llevar querían,
mas de ellas en el prado ninguna mengua hacían:
por una que llevaban, tres o cuatro nacían.

Igual al paraíso me parece que este prado,
por Dios con tanta gracia y bendición sembrado:
el que creó tal cosa fue maestro avisado;
no perderá su vida quien haya allí morado.

El fruto de los árboles era dulce y sabrido,
si Don Adán hubiese de tal fruto comido
de tan mala manera no fuera decebido
ni tomaran tal daño Eva ni su marido.

Amigos y señores: lo que dicho tenemos
es oscura palabra: exponerla queremos.
Quitemos la corteza, en el meollo entramos,
tomemos lo de dentro, los de fuera dejemos.

Todos cuantos vivimos y sobre pies andamos
-aunque acaso en prisión o en un lecho yazgamos-
todos somos romeros que en un camino andamos:
esto dice San Pedro, por él os lo probamos.

Mientras aquí vivimos, en ajeno moramos;
la morada durable arriba la esperamos,
y nuestra romería solamente acabamos
cuando hacia el paraíso nuestras almas enviamos.

En esta romería tenemos un buen prado
en que encuentra refugio el romero cansado:
es la Virgen Gloriosa, madre del buen criado
del cual otro ninguno igual no fue encontrado.

Este prado fue siempre verde en honestidad,
porque nunca hubo mácula en su virginidad;
post partum et in partu fue Virgen de verdad,
ilesa e incorrupta toda su integridad.

Las cuatro fuentes claras que del prado manaban
nuestros cuatro evangelios eso significaban:
que los evangelistas, los que los redactaban,
cuando los escribían con la Virgen hablaban.

Cuando escribían ellos, ella se lo enmendaba;
sólo era bien firme lo que ella alababa:
parece que este riego todo de ella manaba,
cuando sin ella nada a cabo se llevaba.

La sombra de los árboles, buena, dulce y sanía,
donde encuentra refugio toda la romería,
muestra las oraciones que hace Santa María,
que por los pecadores ruega noche y día.
Cuántos son en el mundo, justos y pecadores,
coronados y legos, reyes y emperadores,
allí corremos todos, vasallos y señores,
y todos a su sombra vamos a coger flores.

Los árboles que hacen sombra dulce y donosa
son los santos milagros que hace la Gloriosa,
que son mucho más dulce que la azúcar sabrosa,
la que dan al enfermo en la cuita rabiosa.

Y las aves que organan entre esos frutales,
que tienen dulces voces, dicen cantos leales,
esos son Agustín, Gregorio y otros tales,
todos los que escribieron de sus hechos reales.

Todos tenían con ella gran amistad y amor,
en alabar sus hechos ponían todo su ardor;
todos hablaban de ella, cada uno a su tenor,
pero en todo tenían todos igual fervor.

El ruiseñor que canta por fina maestría,
también la calandria, hacen gran melodía;
pero cantó mejor el barón Isaías
y los otros profetas, honrada compañía.

Cantaron los apóstoles por modo natural,
confesores y mártires hacían bien otro tal;
las vírgenes siguieron a la madre caudal;
todos ante ella cantan canto bien festival.

Por todas las iglesias -y esto es cada día-
cantan laudes ante ella toda la clerecía;
todos festejan y honran a la Virgo María:
estos son ruiseñores de gran placentería.

Volvamos a las flores que componen el prado,
que lo hacen hermoso, apuesto y tan templado:
las flores son los hombres que dan en el dictado
a la Virgo María, madre del buen criado.

Esta bendita Virgen es estrella llamada,
estrella de los mares y guía muy deseada;
es de los marineros en la cuita implorada,
porque cuando la ven la nave va guiada.

La llaman -y lo es- de los Cielos Reina,
templo de Jesucristo, estrella matutina,
señora natural y piadosa vecina,
de cuerpos y almas salud y medicina.
......................................................................
No existe hombre alguno que del bien no provenga
que de alguna manera con ella no se avenga;
y no hay que raíz en ella no la tenga:
ni Sancho ni Domingo, ni Sancha y Domenga.

La llaman vid, y es uva, y almendra, y es granada
que de granos de gracia está toda plasmada;
oliva, cedro, bálsamo, palma verde brotada,
pértiga en la que estuvo la sierpe levantada.

La vara que Moisés en la mano llevaba,
que confundió a los sabios que Faraón preciaba,
con la que abrió los mares y después los cerraba,
si no es a la Gloriosa ál no significaba.

Si parásemos mientes en el otro bastón
que partió la contienda y estuvo por Aarón,
ál no significaba -lo que dice la lección-
sino a la Gloriosa, y con buena razón.

Amigos y señores, en vano, contendemos,
estamos en gran pozo, fondo no encontraremos:
más serían los nombres que de ella leemos
que las flores del campo mayor que conocemos.

Ya dijimos arriba que eran los frutales
en los que nacían las aves los cantos generales
sus milagros muy santos, grandes y principales,
los cuales organamos en las fiestas caudales.

Pero quiero dejar los pájaros cantores,
las sombras y las aguas, las antedichas flores:
quiero de estos frutales, tan llenos de dulzores,
hacer algunos versos, amigos y señores.

Quiérome en estos árboles un ratito subir
-es decir, quiero algunos milagros escribir-.
La Gloriosa me guíe que lo pueda cumplir,
que sólo no podría bien airoso salir.

Tendré por un milagro más que hace la Gloriosa
el que quiera guiarme a mí en esta cosa:
Madre llena de gracia, Reina poderosa,
guíame Tú en esto, Tú que eres piadosa.

Por España quisiera en seguida empezar,
por Toledo la grande, afamado lugar:
que no sé por qué extremo comenzaré a contar,
porque son más que arenas a la orillas del mar.
JUAN RUIZ, ARCIPRESTE DE HITA
A continuación puedes leer un fragmento del episodio de don Melón y doña Endrina, en el que se nos
relata una de las aventuras amorosas más conocidas del Libro del buen amor. Está escrito en primera
persona, lo que no significa que se trate de un asunto realmente vivido. La forma autobiográfica era un recurso
literario, muy frecuente en la época, mediante el cual el autor lograba captar la atención y el interés del lector.

Don Melón comienza contándonos sus penas amorosas y su propósito de confesar su amor a la causante de
ellas. A continuación nos canta la belleza de la dama en una estrofa llena de lirismo y emoción; pero sin
describirla para que usemos nuestra propia imaginación.

Luego comenta que lo más conveniente para hablar de amores es la soledad y las dudas que le asaltan ante
la relación amorosa. A continuación empieza el diálogo entre los enamorados: él, el hombre, el conquistador,
utiliza su palabrería para seducir a la dama; ella, la mujer, utiliza respuestas breves y desconfiadas para
resistirse al menos en los primeros momentos. Hay que considerar que los papeles de la mujer y del hombre
en aquella época son ligeramente diferentes a los de la sociedad actual.

Amigos, grande es mi pena, y puesto estoy en la honda;
a la dama voy a hablar, quiera Dios bien me responda.
Me abandonó el marinero de repente en la mar honda
y dejóme solo, aislado, sin remos, con brava onda.

¡Cuitado! ¿Podré escapar? Tengo miedo de ser muerto;
aunque miro a todas partes no consigo hallar un puerto.
La esperanza que me queda para ponerme a cubierto
reside en aquella sola que me trae penado y muerto.

He de razonar con ella y decirle mi quejura,
he de hacer que mis palabras la inclinen a la blandura;
hablándole de mis cuitas entenderá mi amargura:
a veces con chica frase se consigue gran holgura.

¡Ay, Dios, cuán hermosa viene doña Endrina por la plaza!
¡Ay, qué talle, qué donaire, qué alto cuello de garza!
¡Qué cabellos, qué boquita, qué color, qué buenandanza!
Con saetas de amor hiere cuando los sus ojos alza.

Pero tal lugar no era para conversar de amores;
acometiéronme luego muchos miedos y temblores,
los mis pies y las mis manos no eran de sí señores,
perdí seso, perdí fuerza, mudáronse mis colores.

Unas palabras tenía pensadas para decir,
la vergüenza ante la gente otras me hace proferir;
apenas era yo mismo, sin saber por dónde ir;
mis dichos y mis ideas no conseguían seguir.

Hablar con mujer en plaza es cosa muy descubierta
y, a veces, mal perro atado está tras la puerta abierta;
es bueno disimular, echar alguna cubierta,
pues sólo en lugar seguro se puede hablar cosa cierta.

-"Señora, la mi sobrina, la que en Toledo vivía
a vos se encomienda mucho, mil saludos os envía;
si hubiese lugar y tiempo, por cuanto de vos oía,
tendría placer en veros y conoceros querría.

"Deseaban mis parientes casarme en esta sazón
con una doncella rica, hija de don Pepión;
a todos di por respuesta que no la querría, no.
¡Mi cuerpo será de aquella que tiene mi corazón!"

Luego, hablando en voz baja, dije que disimulaba
porque toda aquella gente de la plaza nos miraba;
cuando vi que se marchaban y que ya nadie quedaba
comencé a decir la queja de amor que me lastimaba.
[Faltan los dos primeros versos de esta estrofa]

que nadie sepa lo hablado, este juramento hagamos;
si dos amigos se celan, serán más fieles entrambos.

"No existe nadie en el mundo a quien ame como a vos;
el tiempo va transcurrido de los años, más de dos,
que por vuestro amor padezco, pues os amo más que a Dios;
no quiero que otra persona medie entre nosotros dos.

"Con la gran pena que paso vengo a deciros mi queja:
vuestro amor y mi deseo que me hiere y que me aqueja;
no se alivia, no se marcha, no me suelta, no me deja,
tanto más me da la muerte cuanto más de mí se aleja.

"Recelo que no escucháis nada de lo que he hablado,
hablar mucho con un sordo es locura, error probado.
Creedme; el amor que os tengo es mi único cuidado,
tan sólo, por este amor estoy triste y amargado.

"Señora, yo no me atrevo a deciros más razones
hasta que vos respondáis a mis consideraciones;
decidme vuestro querer, veamos los corazones."
Ella dijo: -"Tal discurso no aprecio ni en dos piñones.

"Así es como engañan muchos a muchas otras Endrinas,
los hombres son engañosos y engañan a sus vecinas;
no penséis que estoy tan loca que escuche vuestras pamplinas.
Buscad a quien engañéis con vuestras falsas espinas".

Yo le dije: -"¡Oh, cruel, hablaremos con gracejos!
los dedos son de una mano mas no todos son parejos;
no todos los hombres somos de unos hechos y consejos.
De piel blanca y negra piel hay, pero todos conejos.

"A veces son castigados los justos por pecadores,
muchos sufren perjuicios por los ajenos errores;
la culpa del malo daña a los buenos y mejores,
sobre éstos cae el castigo, no sobre los malhechores.

"El pecado que otro hizo no sea para mí mal.
Permitid que hable con vos allí, bajo aquel portal;
si os ven hablar en la calle, quizá alguno piense mal,
en cambio allí, sin rodeos, os diré mi amor leal".

Paso a paso, doña Endrina bajo el portal es entrada,
bien lozana y orgullosa, bien serena y sosegada,
los ojos bajó a la tierra, en el poyo fue asentada;
yo volví a la explicación que tenía comenzada.

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Actividades:

1ª.- El texto que va a continuación pertenece al Libro del buen amor. Léelo con mucha atención para que puedas responder después a las preguntas que se te planteen.

Ejemplo del ratón y el león (Versión de Nicasio Salvador Miguel)
Dormía el leopardo en la fría montaña,
tenía en la espesura su cueva soterraña.
Muy cerca los ratones jugaban en compaña;
al león despertaron con su fiesta tamaña;

el león tomó uno: ya lo iba a matar;
el ratón, por el miedo, comenzóle a halagar:
"No me mates, señor, pues no te podré hartar;
por darme tú la muerte no te puedes honrar.

¿Qué honor tendrá el león, el fuerte, el poderoso,
por matar al pequeño, al pobre y al cuitoso?
Es deshonra y desdoro y no es vencer hermoso,
pues matar a un ratón es loor vergonzoso;

aunque vencer es honra para el hombre nacido,
es gran maldad vencer al muy desfallecido,
que honra del vencedor depende del vencido:
su loor es tan grande cuanto es el del rendido".

Quedó con estos dichos el león contentado
y soltó al ratoncillo; cuando lo hubo soltado
le dio muy muchas gracias, se ofreció a su mandado:
en cuanto que él pudiese le servirá de grado.
Se marchó a su agujero, el león fue a cazar,
andando por el monte, él llegó a tropezar,
cayendo en unas redes que no puede cortar;
envueltos pies y manos, no se podía alzar;

comenzó a lamentarse y lo oyó el ratoncillo,
acercóse y le dijo:"Señor, traigo un cuchillo;
con aquestos mis dientes yo roeré un poquillo:
donde están vuestras manos abriré un gran portillo;

los vuestros brazos fuertes por allí sacaréis;
abriendo y estirando, las redes rasgaréis,
por mis chiquillos dientes hoy vos escaparéis;
perdonasteis mi vida y por mí viviréis".

Tú, rico poderoso, no quieras desechar
al pobre, y al mezquino no quieras apartar,
pues puede hacer servicio quien no puede pagar,
y aquel que nada tiene te puede aprovechar;

puede pequeña cosa y de poca valía
hacer mucho provecho y causar mejoría;
quien no tiene poder, dinero ni hidalguía,
tenga artificio y juicio, arte y sabiduría.

Vocabulario

Soterraña: subterránea.
Compaña: compañía.
Cuitoso: desventurado.
Loor vergonzoso: deshonra.
De grado: con agrado.

1a.- Escribe un resumen del texto en prosa.


1b.- Responde a las preguntas siguientes sobre el Poema y sobre el texto.

¿Quién es el autor del texto?

¿A qué mester pertenece?

¿Para qué crees que escribió el "Ejemplo del león y el ratón"?

¿Cuántas estrofas tiene el poema?

¿Cuántos versos tiene cada estrofa?

¿Qué clase de rima utiliza el autor?

¿Qué nombre recibe esta estrofa?


1c.- Escribe las razones que le dio el ratón al león para convencerlo de que no lo matara.


1d.- Explica con tus palabras los consejos que da el autor a los poderosos y a los débiles.


1e.- Analiza la estrofa que va a continuación, cópiala señalando las sinalefas y el número y la letra de la rima. Para marcar la sinalefa utiliza ( _ ). Ej.: Fue_a.

Quedó con estos dichos el león contentado
y soltó al ratoncillo; cuando lo hubo soltado
le dio muy muchas gracias, se ofreció a su mandado:
en cuanto que él pudiese le servirá de grado.




 





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