Los impresionistas se deleitaban pintando los efectos de luz sobre distintas superficies. La nieve no fue una excepción, y nos han quedado pinturas memorables con este tema.
Esta pintura está elaborada en Luveciennes, y consigue transmitir admirablemente la sensación de quietud y serenidad que dejan las nevadas fuertes en los paisajes rurales.
La paleta de Sisley se ha reducido al mínimo para retratar la nevada. El cielo está dominado por el gris, y la nieve por el blanco. El artista ha economizado las pinceladas para conseguir la máxima descripción con la mínima modulación tonal.
La composición está dominada por la fuerte perspectiva impuesta por las paredes altas y la cerca de la izquierda. Sisley empleó en otras obras este mismo recurso para conseguir la sensación de profundidad. El punto de atención al que la composición dirige la vista del espectador es la pequeña figura negra del personaje del fondo. Como está situada en el punto de fuga de la composición, esto también contribuye a dotar de profundidad a la obra.