Los países industriales tardaron varios años en poner en marcha la producción que les correspondía como países desarrollados, debido más a problemas monetarios y financieros que estrictamente productivos. Las monedas europeas se depreciaron y abandonaron su valor fijo respecto a los metales preciosos (el "patrón oro"). El dólar pasó a ser la única divisa segura.
Hasta 1924, algunos países vivieron situaciones inflacionistas extremas. La subida de precios fue tan espectacular en Alemania que muchos productos multiplicaron su precio por un millón en tan solo unos meses. |