La poesía del Renacimiento

Teoría-Actividades


Teoría:

El Renacimiento

Renacimiento significa resurgimiento de algo. En este caso significa un nuevo resurgir de la cultura grecolatina que se había olvidado tras la caída del imperio romano. Este movimiento social, artístico y literario surgió en Italia pero se extendió por toda Europa.

A esta época se le ha llamado Siglo de Oro; pero parece más apropiado el nombre de Edad de Oro ya que ocupa casi dos siglos: el XVI y el XVII.

El Renacimiento supuso un importante cambio social y cultural respecto a la Edad Media:

Edad Media (siglos V-XV) Renacimiento (siglos XVI y XVII)
Clases sociales
La sociedad medieval estaba estructurada en tres clases sociales: la nobleza, el clero y el pueblo. Al llegar el Renacimiento surge una nueva clase social: la burguesía. Está formada por comerciantes y artesanos que tienen dinero.
Situación política
Durante la Edad Media; el poder real; necesitaba la ayuda de los nobles para luchar contra los árabes. En el Renacimiento se fortalece el poder real. El dueño absoluto es el monarca, y los nobles se convierten en cortesanos.
Conceptos sobre la vida
El hombre del medievo concibe la vida como un valle de sufrimiento y de lágrimas. La muerte era considerada muchas veces como una liberación.

El ideal de hombre medieval es el caballero o guerrero.

El hombre renacentista concibe la vida como una etapa de la que hay que disfrutar antes de que llegue la muerte.

El ideal de hombre renacentista es el cortesano: hombre de armas y hombre de letras.

La cultura
Durante la Edad Media el pueblo era analfabeto; la cultura estaba encerrada en los monasterios. La iglesia era la única representante del saber.

Los libros eran muy escasos, ya que era muy costoso escribirlos a mano.

El hombre renacentista siente necesidad de saber y aprender. Aparecen hombres de ciencia que ya no poseen una educación eclesiástica.

Con la invención de la imprenta durante el siglo XV, se facilita la difusión de libros.


La lírica en la primera mitad del siglo XVI

Durante el reinado del emperador Carlos V que comenzó en 1517, llega a España la influencia italiana a través de escritores españoles que habían vivido en la corte napolitana, atraídos por su fama y esplendor. Aportaron a la lírica española nuevos versos y estrofas:


Temas

El poeta renacentista se preocupa por encontrar nuevas formas para expresar la belleza, y por renovar los temas de sus obras. El poeta desea crear un mundo de belleza mediante un estilo sencillo. Los temas más frecuente son:


Garcilaso de la Vega

Nació en Toledo en 1501 y murió en Niza en 1536 a causa de las heridas sufridas durante el ataque a la fortaleza de Muy (Provenza). Encarna el ideal renacentista: soldado y hombre de letras.
Desde muy joven entró al servicio del rey Carlos V en la Guardia Real. En el año 1525 se casó con Elena de Zúñiga, con la que tuvo tres hijos. El matrimonio no le da la felicidad, como se refleja en su poesía en la que no se cita nunca a su mujer. Poco después de casarse conoció a Isabel Freyre, de origen portugués y dama de compañía de la Emperatriz, de la que se enamoró perdida y platónicamente (jamás fue correspondido). Esta mujer será la musa de su poesía.
El poeta alude a su amada constantemente en sus poemas, unas veces con alusiones mitológicas y otras con nombres encubiertos: Belisa y Elisa.
El matrimonio de Isabel y su muerte prematura producen en el poeta un sentimiento profundo de dolor que se refleja en su poesía.

Su obra es muy reducida, pero muy importante en el paso de nuestra poesía medieval a la renacentista, adoptando temas y formas procedentes del Renacimiento italiano. Cambia el verso octosílabo tradicional por el endecasílabo de gusto renacentista.

Escribió 38 sonetos cuya temática es el amor que produce dolor; 5 canciones, 2 elegías y 3 églogas, en las que unos pastores dialogan sobre el amor a orillas del río Tajo.

Garcilaso propone un tipo de poesía culta, artificiosa, llena de expresiones metafóricas; y utiliza un verso reposado y armonioso en estrofas prácticamente desconocidas hasta entonces.


La lírica en la segunda mitad del siglo XVI

La lírica de esta época coincide con el reinado de Felipe II y refleja las preocupaciones religiosas generadas por la reforma protestante. Aparece entonces las literatura llamada ascética y mística.


Características


Fray Luis de León

Nació en Belmonte (Cuenca) en 1527, ingresó en la orden de San Agustín y estudió en la Universidad de Salamanca. Murió en Madrigal de las Altas Torres (Ávila) en 1591.
A los 32 años obtiene la cátedra en dicha Universidad. La rivalidad entre los agustinos y los dominicos, la envidia y la incomprensión, hacen que sea detenido por la Inquisición, acusado de haber traducido al castellano el texto bíblico del Cantar de los Cantares, a pesar de las prohibiciones de la iglesia. Estuvo cinco años en la cárcel y cuenta la tradición que cuando llegó a su clase después de tanto tiempo comenzó diciendo: "Cómo decíamos ayer...". Parece ser que su estancia en la cárcel le había cambiado su mal carácter.

Sus obras en prosa, de contenido teológico y ascético, fueron muy conocidas en su tiempo. Hoy se conoce más su poesía que se suele ordenar en tres planos:

Se caracteriza por la vocación contemplativa, la armonía del mundo y la visión del orden universal, fieles reflejos de la perfección de Dios.

Cuando contemplo el cielo
de innumerables luces adornado,
y miro hacia el suelo
de noche rodeado,
en sueño y en olvido sepultado;
el amor y la pena
despiertan en mi pecho un ansia ardiente,
despiden larga vena
los ojos hechos fuente...

Se caracteriza por el deseo vehemente de retiro y olvido de las penas del mundo, partiendo de un contacto directo con la naturaleza.

¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido...!

Se caracteriza por un sentimiento y deseo del más allá, la nostalgia del cielo y de Dios.

¿Y dejas Pastor, santo,
tu grey en este valle hondo, oscuro
con soledad y llanto;
y tú, rompiendo el puro
aire, te vas al inmortal seguro?
¿Los antes bienhadados,
y los agora tristes y afligidos,
a tus pechos criados,
de ti desposeídos,
a dó convertirán ya sus sentidos?

Su poesía es sobria y concentrada, a lo que contribuye la estrofa que usa, normalmente la lira que no permite la palabrería, sino que exige concentración dentro de sus cinco versos, llevando al poeta a eliminar todo lo innecesario.


San Juan de la Cruz

Su nombre era Juan de Yepes y Álvarez. Nació en Fontiveros (Ávila) en 1542. Era de familia noble pero sin dinero, por lo que cuando murió su padre tuvo que trabajar durante varios años como enfermero en el Hospital de Medina del Campo. Estudió con los jesuitas, y a los 19 años ingresó en la Orden de los Carmelitas. Posteriormente estudió en Salamanca y se ordenó sacerdote en 1567. Influido por Santa Teresa de Jesús se propuso reformar la rama masculina de los Carmelitas. Murió en Úbeda (Jaén) en 1591.

San Juan de la Cruz no escribe con la intención de crear arte, sino únicamente con el deseo de comunicar una experiencia personal y despertar en los demás el amor a Dios. Utiliza la poesía porque es el medio de expresión más apropiado para comunicar sus sentimientos místicos. Utiliza un lenguaje tan exquisito y refinado que la belleza de su obra hace dudar en ocasiones que sea obra humana.

Para sus obras menores, el poeta se sirve de romances y canciones de tipo tradicional, "divinizándolos"; pero para sus tres poemas místicos más importantes: Noche oscura del alma, Cántico espiritual y Llama de amor viva, se inspira en el poema amoroso de la Biblia "Cantar de los cantares". Él mismo explicó en prosa estos poemas desentrañando palabra por palabra su significado espiritual.


Santa Teresa de Jesús

Su nombre era Teresa de Cepeda y Ahumada. Nació en Ávila en 1515 y a los 19 años ingresó en un convento de Carmelitas. Pronto acometió la reforma de su orden, lo que le acarreó fuertes enfrentamientos con las autoridades eclesiásticas. Aprobada la reforma, dedicó su vida a fundar nuevos conventos y a escribir. Murió en Alba de Tormes (Salamanca) en 1582.

Sus principales obras están escritas en prosa con un estilo sencillo, gracioso, llano y familiar: El castillo interior o Las Moradas, El libro de su vida, El libro de las fundaciones, Camino de perfección. Se conservan varias de sus poesías y numerosas cartas.


Textos

 

SONETOS (Garcilaso de la Vega)

En el primero, el poeta nos cuenta la transformación de Dafne en árbol y el llanto de Apolo.

En el segundo, expresa su dolor por un amor no correspondido. (Versión prosificada)

A Dafne ya los brazos le crecían,
y en luengos ramos vueltos se mostraban;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que al oro oscurecían.

De áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban;
los blancos pies en tierra se hincaban
y en torcidas raíces se volvían.

Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado, oh mal tamaño!
Que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón por que lloraba.
Cuando me paro a contemplar mi estado
y a ver los pasos por do me ha traído,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado;

mas cuando del camino estó olvidado,
a tanto mal no sé por dó he venido;
sé que me acabo, y más he yo sentido.
ver acabar conmigo mi cuidado.

Yo acabaré, que me entregué sin arte
a quien sabrá perderme y acabarme
si quisïere y aun sabrá querello;

que pues mi voluntad puede matarme,
la suya, que no es tanto de mi parte,
pudiendo, ¿qué hará sino hacello?

A LA VIDA RETIRADA (Fray Luis de León)

El tema de esta oda es el elogio de la vida sencilla y el apartamiento de mundo. Fray Luis
opone dos tipos de vida diferentes y los va caracterizando por aquellos
rasgos que le son
propios.

¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido

Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes del estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio moro, en jaspes sustentado.

No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.

¿Qué presta a mi contento
si soy del vano dedo señalado,
si en busca de este viento
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado?

¡Oh monte, oh fuente, oh río!
¡Oh secreto seguro deleitoso!
Roto caso el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestüoso.

Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero.

Despiértenme las aves
con su cantar süave no aprendo,
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
el que al ajeno arbitrio está atendido.

Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.

Del monte en la ladera
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera
de bella flor cubierto
ya muestra en esperanza el fruto cierto.

Y como codiciosa
de ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.

Y luego sosegada
el paso entre los árboles torciendo,
el suelo de pasada
de verdura vistiendo,
y con diversas flores va esparciendo.

El aire el huerto orea,
y ofrece mil olores al sentido,
los árboles menea
con un manso ruïdo
que del oro y del cetro pone olvido.

Ténganse su tesoro
los que de un flaco leño se confían:
no es mío ver el lloro
de los que desconfían
cuando el cierzo y el ábrego porfían.

La combatida antena
cruje, y en ciega noche el claro día
se torna, al cielo suena
confusa vocería,
y la mar enriquecen a porfía.

A mí una pobrecilla
mesa de amable paz bien abastada
me baste, y la vajilla
de fino oro labrada
sea de quien la mar no tema airada.

Y mientras miserable-
mente se están los otros abrasando,
con sed insacïable
del no durable mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.

A la sombra tendido
de yedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce acordado
del plectro sabiamente meneado.

CÁNTICO ESPIRITUAL ENTRE EL ALMA Y CRISTO, SU ESPOSO (San Juan de la Cruz)

En este poema, San Juan de la Cruz intenta explicar el proceso místico que sigue el alma
hasta su unión con Dios. Para ello utiliza una alegoría: la búsqueda del esposo por la
esposa, su encuentro y la consumación del acto amoroso. Es un poema erótico bellísimo
y San Juan de la Cruz se encarga de decirnos que su significado va más allá de lo que
parece a simple vista (la esposa es el alma y el esposo es Cristo); y lo hace en unos
largos comentarios en prosa, en los que expresa el sentido de imágenes y metáforas,
verso a verso.

La esposa, herida de amor, sale en busca del Amado; pregunta por él a cuantos encuentra
en el camino, y marcha como fuera de sí, trastornada de amor, hablando a solas consigo
misma y con el Amado ausente. Hasta que, por fin, se encuentran de nuevo y se entregan
el uno al otro en la soledad del huerto.

LA ESPOSA EN BUSCA DEL AMADO

ESPOSA

¿Adónde te escondiste,
amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste,
habiéndome herido;
salí tras ti clamando, y eras ido.

Pastores los que fuerdes
allá por las majadas al otero,
si por ventura vierdes
aquel que yo más quiero,
decidle que adolezco, peno y muero.

Buscando mis amores,
iré por esos montes y riberas,
ni cogeré las flores,
ni temeré las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras.

PREGUNTA A LAS CRIATURAS

¡Oh bosques y espesuras,
plantadas por la mano del Amado,
oh prado de verduras,
de flores esmaltado,
decid si por vosotros ha pasado!

RESPUESTA DE LAS CRIATURAS

Mil gracias derramando
pasó por estos sotos con presura,
y, yéndolos mirando,
con sola su figura
vestidos los dejó de su hermosura.

ESPOSA

¡Ay, quién podrá sanarme!
Acaba de entregarte ya de vero,
no quieras enviarme
de hoy más ya mensajero.
Que no saben decirme lo que quiero.

Y todos cuantos vagan
de ti me van mil gracias refiriendo,
y todos más me llegan
y déjame muriendo
un no sé qué que quedan balbuciendo.

Mas, ¿cómo perseveras,
oh vida, no viviendo donde vives,
y haciendo porque mueras
las flechas que recibes
de lo que del Amado en ti concibes?

¿Por qué, pues has llegado
aqueste corazón, no lo sanaste?
Y pues me lo has robado,
¿por qué así lo dejaste
y no tomas el robo que robaste?

Apaga mis enojos,
pues que ninguno basta a deshacellos,
y véante mis ojos,
pues eres lumbre de ellos
y sólo para ti quiero tenellos.

Descubre tu presencia,
y máteme tu vista y hermosura;
mira que la dolencia
de amor que no se cura
sino con la presencia y la figura.

¡Oh cristalina fuente,
si en esos tus semblantes plateados,
formases de repente
los ojos deseados
que tengo en mis entrañas dibujados!

Apártalos, Amado,
Que voy de vuelo.

ESPOSO

Vuélvete paloma
Que el ciervo vulnerado.
Por el otero asoma.
Al aire de tu vuelo, y fresco toma.

ESPOSA

Mi Amado, las montañas,
los valles solitarios nemorosos,
las ínsulas extrañas,
los ríos sonorosos,
el silbo de los aires amorosos.

La noche sosegada
en par de los levantes de la aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena, que recrea y enamora.

Nuestro lecho florido,
de cuevas de leones enlazado,
en púrpura tendido,
de paz edificado
de mil escudos de oro coronado.

A zaga de tu huella
las jóvenes discurren el camino
al toque de centella,
al adobado vino,
emisiones de bálsamo Divino.

En la interior bodega
de mi amado bebí, y cuando salía
por toda aquesta vega,
ya cosa no sabía,
y el ganado perdí, que antes seguía.

Allí me dio su pecho,
allí me enseñó ciencia muy sabrosa,
y yo le di de hecho
a mí, sin dejar cosa;
allí le prometí de ser su esposa.

Mi alma se ha empleado,
y todo mi caudal en su servicio:
ya no guardo ganado,
ni ya tengo otro oficio;
que ya sólo en amar es mi ejercicio.

Pues ya si en el ejido,
de hoy más no fuere vista ni hallada,
diréis que me he perdido,
que andando enamorada,
me hice perdidiza, y fui ganada.

De flores y esmeraldas
en las frescas mañanas escogidas,
haremos las guirnaldas,
en tu amor florecidas,
y en un cabello mío entretejidas.

No quieras despreciarme,
que si color moreno en mí hallaste,
ya bien puedes mirarme,
después que me miraste,
que gracia y hermosura en mí dejaste.

Cogednos las raposas,
que está ya florecida nuestra viña
en tanto que de rosas
hacemos una piña,
y no parezca nadie en la montiña.

Detente, Cierzo muerto;
ven, Austro, que recuerdas los amores,
aspira por mi huerto,
y corran sus olores,
y pacerá el Amado entre las flores.

ESPOSO

Entrádose ha la Esposa
en el ameno huerto deseado,
y a su sabor reposa,
el cuello reclinado
sobre los dulces brazos del Amado.

A las aves ligeras,
leones, ciervos, gamos, saltadores,
montes, valles, riberas,
aguas, aires, ardores,
y miedos de las noches veladores:

Por las amenas liras
y canto de serenas os conjuro
que cesen vuestras iras,
y no toquéis al muro,
porque la Esposa duerma más seguro.

ESPOSA

Oh, ninfas de Judea,
en tanto que en las flores y rosales
El ámbar perfumea,
mora en los arrabales,
y no queráis tocar nuestros umbrales.

ESPOSO

La blanca palomica
el arca con el ramo se ha tornado,
y ya la tortolica
al socio deseado
en las riberas verdes ha hallado.

En soledad vivía,
y en soledad ha puesto ya su nido,
y en soledad la guía
a solas su querido,
también en soledad de amor herido.

ESPOSA

Gocémonos, amado,
y vámonos a ver en tu hermosura
al monte o al collado,
do mana el agua pura;
entremos más adentro en la espesura.

Y luego a las subidas
cavernas de la piedra nos iremos,
que están bien escondidas,
que allí nos entraremos,
y el mosto de granadas gustaremos.

ASPIRACIONES DE VIDA ETERNA (Santa Teresa de Jesús)
Vivo sin vivir en mí,
y de tal manera espero,
que muero porque no muero.

Viva ya fuera de mí,
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí:
cuando el corazón le di
puso en él este letrero,
que muero porque no muero.

Esta divina prisión,
del amor con que yo vivo,
ha hecho a Dios mi cautivo
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros!
¡Esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga;
quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo el vivir,
me asegura mi esperanza;
muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte;
vida no me seas molesta,
mira que sólo te resta,
para ganarte, perderte;
venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero,
que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba,
que es la vida verdadera,
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva;
muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.

Vida, ¿qué puedo yo darte
a mi Dios, que vive en mí,
si no es el perderte a ti,
para merecer ganarte?
Quiero muriendo alcanzarte,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.


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Actividades:

1ª.- Lee los dos poemas que van a continuación. Utiliza el diccionario si no entiendes alguna palabra.

DOS POEMAS RENACENTISTAS
"A la entrada de un valle..." Garcilaso de la Vega "Noche Serena" (Fray Luis de León)
A la entrada de un valle, en un desierto
do nadie atravesaba ni se vía,
vi que con extrañeza un can hacía
extremos de dolor con desconcierto:

ahora suelta el llanto al cielo abierto,
ora va rastreando por la vía:
camina, vuelve, para, y todavía
quedaba desmayado como muerto.

Y fue que se apartó de su presencia
su amo, y no lo hallaba, y eso siente:
mirad hasta dó llega el mal de ausencia.

Movióme a compasión ver su accidente;
díjele, lastimado: "Ten paciencia,
que yo alcanzo razón, y estoy ausente".

Cuando contemplo el cielo
de innumerables luces adornado,
y miro hacia el suelo
de noche rodeado,
en sueño y en olvido sepultado;

el amor y la pena
despiertan en mi pecho un ansia ardiente;
despiden larga vena
los ojos hechos fuente,
Olarte, y digo al fin con voz doliente:

Morada de grandeza,
templo de claridad y hermosura,
el alma que a tu alteza
nació, ¿qué desventura
la tiene en esta cárcel baja, escura?

Vocabulario:

Do: donde.
Vía: veía.
Accidente: enfermedad.
Yo alcanzo razón y estoy ausente: yo soy racional y también sufro la ausencia de un ser querido.
Olarte: amigo de Fray Luis a quien dedicó el poema.

1a.- Responde a las siguientes preguntas sobre los poemas.

¿A qué género pertenecen?

¿En qué época se escribieron?

¿Quién escribió "A la entrada de un valle..."?

¿Cómo se llama el autor de "Noche serena"?


1b.- Escribe un resumen breve en prosa del soneto "A la entrada de un valle...".


1c.- Escribe a qué compara el poeta el sufrimiento del animal.


1d.- Escribe un pequeño resumen con tus propias palabras del poema "Noche serena".


1.e.- Completa con el significado que Fray Luis da a las palabras de la tabla.

Luces.

Larga vena.

Morada de grandeza.

Cárcel baja, escura.


1.f.- Escribe todas las palabras con las que ensalza el cielo y todas las que utiliza para menospreciar el mundo.

El cielo El mundo


1.g.- Mide los versos que van a continuación y escribe su esquema.

A la entrada de un valle, en un desierto
do nadie atravesaba ni se vía,
vi que con extrañeza un can hacía
extremos de dolor con desconcierto:
 





1.h.- Escribe el nombre y el esquema métrico de la estrofa que va a continuación.

   
el amor y la pena
despiertan en mi pecho un ansia ardiente;
despiden larga vena
los ojos hechos fuente,
Olarte, y digo al fin con voz doliente:
 






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