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I. Concepto, errores y habilidades
El buen estudiante debe leer muchos textos, lo que le
obliga a mejorar sus habilidades lectoras, pero no basta con saber leer. En
muchas ocasiones tenemos que reducir todo lo que hemos leído a las ideas
básicas y para ello debemos utilizar un lenguaje muy personal.
Resumir un texto consiste en expresar las ideas
fundamentales con la menor cantidad de palabras posibles. No es posible que
hagamos un buen resumen si previamente no hemos subrayado el texto.
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Errores más frecuentes a la hora de resumir un
texto
- Eliminar exclusivamente las palabras de nexo o unión.
- Resumir a la vez que estamos leyendo el texto, sin hacer una
lectura previa.
- Resumir sin haber comprendido el texto.
- Añadir informaciones que conocemos de memoria.
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Utilizar muchos colores diferentes en el
subrayado previo a un resumen, con lo cual dificultamos las
sucesivas lecturas que hagamos del texto resumido.
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Habilidades necesarias para resumir
- Comprender el texto que se está leyendo y obtener una idea de
cada párrafo.
- Subrayar las ideas fundamentales. Por lo menos una por párrafo.
- Leer el texto subrayado para buscar el sentido.
- Utilizar un solo color para no favorecer la distracción en la
lectura posterior del resumen.
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II. Cómo se elabora un resumen
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Añadir notas y comentarios en los márgenes del texto. Utiliza tus
propias palabras para sintetizar lo que el autor dice en el texto,
porque siempre las recordarás mejor. A la vez que utilizas unas palabras
propias te obligas a un ejercicio mental de analogía donde interviene,
junto con las palabras que utilizas, la imagen mental que la representa.
Y recuerda que siempre se retiene mejor lo que memorizaste a través de
dos canales, el visual y el audioverbal.
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Seleccionar las palabras claves, que son aquellas sin las cuales el
texto pierde todo el sentido y a partir de las cuales podemos recuperar
una buena parte de las afirmaciones que queremos recordar.
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Utilizar diferentes tipos de grafismos:
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Flechas que relacionan unas ideas con otras
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Introducir números en las sucesivas afirmaciones que haga un
texto.
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Señalizar con globos las palabras claves a partir de las cuales
se suceden afirmaciones que podemos numerar o seriar con letras,
según la naturaleza del texto.
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Utilizar un mismo color para las ideas que están en el mismo
plano de importancia. Recordamos que no conviene acumular muchos
colores en un mismo texto, pues puede dificultar las lecturas que
luego hagamos del texto resumido.
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Utilizar todos los signos de puntuación para
aclarar ideas en otro momento. Así, por ejemplo, podemos utilizar
el signo de interrogación para las palabras que desconocemos, el de
admiración para las que nos sorprenden, etc.
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Utiliza un criterio personal a la hora de resumir un texto: Puedes
utilizar el propio orden de exposición que el texto proporciona, o
decir cuál te conviene mejor. Por ejemplo, ir desde lo más importante
a lo secundario o de lo general a lo particular.
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III. Decálogo para hacer un buen resumen
- Resume las ideas importantes de un texto. Una por párrafo.
- Apóyate en las afirmaciones positivas.
- Escribe con tus propias palabras, en los márgenes del texto, los
conceptos fundamentales.
- Numera las ideas que suceden a cualquier palabra clave.
- Utiliza aquellos signos que beneficien las relaciones entre ideas
dentro de un mismo texto.
- Señala siempre las definiciones que contenga cualquier texto.
- Evita utilizar en el resumen las explicaciones que los autores hacen
de sus propias definiciones. Utiliza preferentemente analogías
elaboradas por ti.
- No subrayes con muchos colores un texto. Es preferible que utilices
diferentes tipos de trazado.
- Guarda el resumen con el orden de exposición que hayas elegido. Lo
podrás utilizar tantas veces como lo necesites.
- Un texto está bien resumido si ocupa una tercera parte del texto
original.
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