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Ilustración de fondo
 

Técnicas de trabajo: síntesis

I. Introducción

Hasta ahora hemos estudiado alguna técnicas que nos permitían desentrañar cada uno de los elementos de un texto. Subrayábamos los textos, los resumíamos, los esquematizábamos. Pero debemos tener cuidado y evitar que los árboles nos impidan ver el bosque.

Si consideramos los árboles como cada uno de los elementos de un texto, debemos interpretar que el bosque es la síntesis del propio texto. Es decir, es el objetivo que el autor se propuso transmitir con su trabajo.

  1. ¿Qué es la síntesis de un texto? Los objetivos que un autor se propone con un texto
  2. ¿Cómo podemos conocer los objetivos del autor?
  • En primer lugar, evitando los riesgos de una mala lectura, y previendo las dificultades que cualquier texto puede plantearnos.

  • En segundo lugar, diferenciando entre los objetivos principales que un texto proporciona y los objetivos secundarios que el lector debe encontrar en el texto. Un texto puede tener una finalidad de divertimento y de placer. Anclar sus propuestas en un discurso fácil y humorístico; pero, no por ello, estar exento de cierta crítica.

  • En tercer lugar, diferenciando entre los objetivos explícitos racionales y conscientes y los objetivos inconscientes e implícitos que ese mismo texto proporciona. Nuestra lengua nos permite jugar con la elipsis y con la polisemia, lo que facilita que el lector se convierta en autor, asumiendo desde su propia lectura lo que el texto nos dice. Rompiendo la ambigüedad y enjuiciando la ideología que la obra nos transmite. A la vez que nos coloca frente a nuestro propio inconsciente.

  • En cuarto lugar, diferenciando entre lo urgente que nos enfrenta a los problemas de la lectura del texto y lo importante que nos invita a reflexionar sobre el mensaje. Si lo urgente nos lleva a desentrañar el significante del texto, en la línea que el autor nos dirige; lo importante nos obliga a la reflexión y a la crítica sobre el contenido racional y emocional de la obra.

Por todo ello nos atrevemos a formular el siguiente catálogo de actitudes que un lector debe contemplar para enfrentarse con éxito a la búsqueda de la síntesis de un texto.

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Mapa conceptual

II. Actitudes de un buen lector

  1. Abrirse sin prejuicios a la obra. Lo que implica:

    • Dejarse llevar por el placer que las formas del texto nos proporcionan.
    • Sorprenderse por el contenido y las soluciones a las que nos conduce el texto.
    • Jugar con las diferentes lecturas que de una misma obra se pueden realizar.
    • Reflexionar con la ideología del texto.
    • Adquirir un juicio propio y aprehender la vida que soñó el autor.

  2. Participar en el juego de posibilidades que se abren a partir de las pistas que proporciona el autor.

    • Elegir una lectura.
    • Considerar otras lecturas. 
    • Juzgar y ser juzgado.

  3. Entender al autor.

    • Adecuarse al contenido de su obra.
    • Adecuarse a la expresividad de sus formas.
    • Asumir lo que dice el autor.

  4. Descubrir las intenciones del autor.

    • Desentrañar lo que nos dice.
    • Indagar los motivos que tiene para dirigirse al lector de forma encubierta.
    • Conocer los recursos del lenguaje.
    • Romper la ambigüedad.
    • Clarificar el mensaje.

El texto se hace cuando se lee y nos dice cosas, pero también cuando el lector le hace hablar y le dice cosas, es decir, cuando se convierte en un pretexto a partir del cual el lector entabla un diálogo con el autor, a través de la obra.

Leopolo Alas Clarín, autor de La Regenta, pone en boca de Ana Ozores, su protagonista, esta bella elocución que resume magistralmente el sentido que proponemos de la lectura:

Pero los libros que llegaban a sus manos no le hablaban de aquellas cosas con que soñaba. No importaba; ella les haría hablar de lo que quisiese.

Por todo lo dicho consideramos que:

Hacer hablar a un texto, a través de formularle preguntas, romper la ambigüedad, o continuar las pistas que el propio texto nos sugiera nos permite descubrir un camino en la lectura que puede o no coincidir con el objetivo del autor, pero que, en cualquier caso, lo complementa y lo enriquece.

Realizar lecturas de un texto desde diversas perspectivas nos permite adecuar nuestra lectura a la propuesta del texto, descubrir nuevas lecturas del texto y, en definitiva, ayudar al lector a convertirle en autor. 

Resolver adivinanzas, jugar con el folclore, resolver enigmas, clarificar el doble mensaje de un texto nos entrena como ninguna otra estrategia en la búsqueda de la síntesis de un texto.

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Última actualización: 25-07-2007