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La Guerra Fría y la política de bloques. |
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El final de la II Guerra Mundial originó a una nueva estructura de las relaciones internacionales: el sistema bipolar. Los dos grandes vencedores, EE UU y la URSS, se convertían en superpotencias y creaban sus respectivos bloques, integrando países en sus esferas de influencia mediante pactos económicos y militares.
Durante la guerra, ambos habían colaborado para derrotar a los países del Eje. Pero obtenida la victoria, se convirtieron en rivales y enemigos. Tanto EE UU como la URSS aspiraban a extender por el mundo sus formas de organización económica, social y política. A ese largo enfrentamiento -con sus fases y oscilaciones- lo conocemos como la Guerra Fría.
Se evitó a toda costa un enfrentamiento bélico directo entre los dos bloques, porque la existencia de armamento nuclear hubiera producido la destrucción de la vida sobre el planeta. La garantía de la paz, paradójicamente, dependía de la carrera armamentistica y de un equilibrio basado en el terror. Hubo, sin embargo, muchos conflictos armados en la periferia del sistema.
Durante esos años culminó el proceso de descolonización. Algunos de los nuevos Estados independientes pretendieron mantenerse al margen de los bloques y formaron el movimiento de los Países No Alineados. |
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