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El
cine y la sociedad de su tiempo
por Pilar Amador Carretero
Cuando hablamos de mirada nos referimos al punto de vista. Es decir,
a una mirada que incluye tanto el ver como el saber y el creer que
el emisor organiza un tipo de comunicación y un espectador. En el
cine, un punto de vista es el lugar en que se coloca la cámara y,
por tanto, es el punto desde el que se capta la realidad; otro, es
el punto de vista de quien percibe (receptor, espectador, etc.) que
debe situarse, sino en el mismo lugar de observación, por lo menos
debe tener en cuenta esta parcialidad de la mirada previa del emisor.
En efecto, el ojo del emisor, al encuadrar la realidad, define su
punto de vista que puede tener distintos significados (literal u óptico,
figurado, metafórico). Eso comporta una limitación en las posibilidades
de análisis ya que, según cada uno de estos significados, el emisor
identifica una porción de la realidad y no otra, se acerca a ciertas
informaciones y no a otras y sitúa al receptor en una perspectiva
y no en otra. Por otra parte, el filme es el producto final de una
acción múltiple que conlleva un amplio abanico de acciones que van
desde esa mirada organizadora inicial hasta la integración, consciente
o inconsciente, de las posiciones e intenciones de una determinada
cultura e ideología.
Es decir, conlleva aspectos del orden social político e ideológico
y refleja la cultura de su época.
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