1ª Ruptura del Mediterráneo
Esa división produjo la primera ruptura del Mediterráneo, y en consecuencia las dos partes de Europa siguieron caminos distintos.
La parte occidental fue ocupada por los pueblos germánicos que la reorganizaron y crearon reinos.
La parte oriental permaneció casi intacta, pues a los pueblos germanos que iban llegando desde el Este se les facilitaba el paso hacia Occidente, de manera que el Imperio de Oriente pudiera quedar libre de invasores y continuar su andadura.
La caída del imperio romano afectó solo a la parte occidental del imperio, pues fue la caída de Roma en el 476 lo que produjo el derrumbe de la débil estructura política que quedaba del imperio de occidente. Tras siglos de dominio de los reyes germanos, uno de ellos, el rey franco Carlomagno, consiguió recuperar la corona imperial en el año 800, creando el denominado imperio carolingio.
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2ª Ruptura del Mediterráneo
Antes de que Carlomagno se hiciera con el control de una buena parte de los territorios de Europa Occidental, en el Mediterráneo se había producido una segunda ruptura, la producida por la entrada en la historia un nuevo pueblo: los árabes. La expansión del imperio islámico fue tan rápida que, en unas décadas, el Mediterráneo quedó dividido de nuevo, esta vez con una división horizontal.
El Imperio Romano de Oriente, aunque sufrió las amenazas de los hunos y no pudo evitar que los pueblos eslavos ocuparan desde el siglo VI parte de su territorio, continuó su evolución y recibió el nombre de imperio bizantino, por su capital, Bizancio.
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