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1. |
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La ruptura de la unidad del Mediterráneo
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Imperio Bizantino - Evolución Territorial |
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El Imperio Romano de Oriente en tiempos de Justiniano
(siglo VI).
Desde que subió al trono en el año 527, hasta el año 565 en que murió, tuvo tiempo de ampliar las fronteras del Imperio de Oriente, al recuperar territorios que habían pertenecido al Imperio romano y que habían caído en poder de reinos germánicos. El sueño de Justiniano, rehacer el antiguo imperio romano, no se realizó, pero sus conquistas le permitieron reunir una buena parte del antiguo imperio. |
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El Imperio en tiempos de la emperatriz Irene (año 800).
Los cambios territoriales más importantes desde el final del imperio de Justiniano son las pérdidas sufridas por el Imperio, al comenzar la expansión árabe. Los territorios que Bizancio tenía el Norte del Mediterráneo así como en la parte del denominado Próximo Oriente, cayeron en poder de los árabes. Sin embargo, el Imperio Bizantino se salvó, a pesar de los muchos intentos de los árabes por conquistar Constantinopla. Por el Norte el Imperio bizantino va a empezar a menguar, al haberse establecido el reino de los búlgaros. |
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El Imperio en tiempos del emperador Basilio II (año 1000).
Para el año 1000 los cambios territoriales respecto al año 800 son pequeños, aunque Bizancio ha conseguido avanzar un poco en los territorios de sus vecinos, árabes y búlgaros, que mantenían la presión sobre el Imperio. El predecesor del emperador Basilio II (976-1025), el emperador Juan I (969-976) consiguió vencer a unos y otros, llegando a conquistar Sitia y Palestina, con lo que se inicia la última etapa de apogeo del Imperio Bizantino. |
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