El nacimiento de Europa
La obra política, militar y cultural de Carlomagno se considera de tal magnitud que se le ha denominado el “Padre de Europa”. Fue uno de los hombres de poder de la Edad Media que contribuyeron a la formación de Europa.
Sin embargo, el proyecto de crear el espacio europeo no parece que estuviera en su pensamiento. Se limitó a agrandar el territorio del reino franco que había recibido de su padre, y a conquistar los territorios que constituyen hoy Francia, parte de la Alemania actual, parte del territorio de la Italia actual y el Noreste de la Península Ibérica.
La unificación política, legislativa, monetaria, religiosa, cultural y social que le atribuyen los defensores de la visión de futuro de Carlomagno, no se aplicó más que en los territorios conquistados. Esos territorios serían el corazón de Europa de donde siglos después partiría la idea de la Unión Europea. Sin embargo, su obra no fue duradera, al contrario, sus sucesores, en concreto sus nietos iniciaron un proceso de división que llevó a una fragmentación máxima del territorio desde el siglo IX en adelante.
Es difícil, pues aceptar la denominación de “padre de Europa” para Carlomagno, pues no es más que uno de los “padres de Europa”: San Benito de Nursia, San Ireneo, Napoleón y Robert Schumann también han sido designados con ese título, aparte de todos los personajes que actualmente lo reciben como homenaje por su aportación a alguna faceta de la Unión Europea.
“El premio, con el cual la ciudad de Aquisgrán suele honrar los méritos con respecto a Europa, lleva con razón el nombre del emperador Carlomagno. En efecto, el rey de los francos, que constituyó a Aquisgrán como capital de su reino, dio una contribución esencial a los fundamentos políticos y culturales de Europa y, por tanto, mereció recibir ya de sus contemporáneos el nombre de pater Europae. La feliz unión de la cultura clásica y de la fe cristiana con las tradiciones de diversos pueblos se realizó en el imperio de Carlomagno y se ha desarrollado de varias formas como herencia espiritual y cultural de Europa a lo largo de los siglos. Aunque la Europa moderna presenta, en muchos aspectos, una realidad nueva, en la figura histórica de Carlomagno se puede ver un elevado valor simbólico”.
Fragmento del discurso de Juan Pablo II al recibir el premio internacional Carlomagno (24 de marzo de 2004)
En contraposición a la corriente que hace de Carlomagno “padre de Europa” no faltan autores que demuestran lo contrario, como el historiador José Fontana, que ha dicho:
"Europa no se ha hecho a partir del imperio carolingio, sino contra él"
Joseph Fontana, Europa ante el espejo. |