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El
cine y la sociedad de su tiempo
por Pilar Amador Carretero
En toda formación social, el poder imperante tiende, a través de distintos
medios, a consolidarse haciendo que los ciudadanos se integren en
la ideología oficial y la adopten como suya. Por ello, utiliza diferentes
estrategias para reafirmar los valores, las normas y los modelos culturales
vigentes o, por el contrario, para provocar una acción social de rechazo
hacia las desviaciones. En el primer caso, produce la realidad de
que se trate, desempenando una función de socialización, es decir
de formación y educación de los ciudadanos; en el segundo, reproduce
y perpetua esa realidad, contribuyendo a la formación y al mantenimiento
de unas actitudes, normas y comportamientos determinados.
Según el sistema político de que se trate, éste define modelos culturales
(individuales o colectivos), que se identifican con símbolos y están
cargados de emociones históricas, de orgullo nacional, de encarnación
de valores propios del grupo (héroes de la patria, líderes políticos,
guerreros, personajes ilustres, etc.). Ejemplos de estos modelos culturales
son el modelo de mujer (hija, esposa o madre) abnegada, buena, sufridora,
recatada, femenina, etc., los modelos de superhéroe (Superman, Rambo)
del cine de Hollywood etc., o, en fin, en el cine soviético de los
anos veinte la exaltación de los líderes revolucionarios y pueblo
en las películas que sirvieron de apoyo y exaltación a la revolución
soviética.
También puede provocar una acción social de rechazo hacia las desviaciones
de las normas o modelos vigentes, los sistemas político-sociales utilizan
también una serie de estrategias negativas para ocultar, no manifestar
e impedir determinadas informaciones sobre una realidad determinada,
operando según unos métodos
de encubrimiento o deformación de la realidad.
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