El cine y la sociedad de su tiempo
por Pilar Amador Carretero

El barnizado o encubrimiento de la realidad fabrica un universo ficticio, ilustrado de héroes positivos y en el que los protagonistas nunca tiene reacciones o reflejos cotidianos de los hombres y mujeres corrientes. Son, por el contrario, seres extraordinarios rodeados de una aureola mágica que los aisla de la generalidad de los mortales todo ello con el único objeto de presentar una visión sublimada de la realidad. Con esta estrategia se reemplazan los antagonismos (de clase, de género, etc.) por otros secundarios de orden personal o metafísico.

Mediante la definición de estereotipos se hace abstracción de las cualidades individuales, generalizando en exceso y ponderando los juicio (prejuicios) valorativos y morales. Su función principal es, a través de la simplificación y de la deformación, producir el consenso social sobre un hecho, persona, raza, etc., y lo consigue porque la imagen resultante es muy fácil de retener y el ciudadano no dispone de datos objetivos. En el cine, surge primero el "tipo" (gangster, héroe, advenedizo, indio, hispano, etc.) que poco a poco va cristalizando en estereotipo. Formas frecuentes de esta estrategia la constituyen los prejuicios raciales, religiosos, económicos y de género que llevan a la discriminación.



   
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