Mediante la definición de estereotipos se hace abstracción de las cualidades individuales, generalizando en exceso y ponderando los juicio (prejuicios) valorativos y morales. Su función principal es, a través de la simplificación y de la deformación, producir el consenso social sobre un hecho, persona, raza, etc., y lo consigue porque la imagen resultante es muy fácil de retener y el ciudadano no dispone de datos objetivos. En el cine, surge primero el "tipo" (gangster, héroe, advenedizo, indio, hispano, etc.) que poco a poco va cristalizando en estereotipo. Formas frecuentes de esta estrategia la constituyen los prejuicios raciales, religiosos, económicos y de género que llevan a la discriminación.

Concretamente, el racismo se advierte cuando se representan en el cine personajes negros, indios, amarillos, mestizos, etc., con características reprobables o cuando, mediante la exaltación del hombre blanco occidental y cristiano, otras razas aparecen disminuidas o infravaloradas, ejemplo de ello, ya desde la época del cine mudo, es la utilización de los indios y los hispanos como elementos de oposición y obstáculo para el logro del sueño americano, en contraste con la imagen de los inmigrantes europeos a quienes Hollywood retrataba como ejemplos de esfuerzos loables para alcanzar ese sueño. Los estereotipos llevan a la discriminación.

Con la critica al sistema vigente el cine puede contribuir a su desprestigio, preparando el advenimiento de otro nuevo sistema. A través de la censura es otra estrategia común en el caso de encubrimiento y deformación de la realidad. En el caso del cine español, la censura es el control del Estado que se ejercerán no sólo sobre las películas de ficción sino también sobre los noticiarios, incidiendo especialmente en el ámbito de los contenidos morales, políticos y militares.

AMADOR CARRETERO, P.: "El cine desde la mirada del historiador" en CAMARERO, GLORIA (ed.): La mirada que habla (cine e ideología). Madrid, Akal/Comunicación, 2002, pp. 23