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La mitología clásica
desde una perspectiva histórica
por Luz Neira
Bajo este prisma, y si bien es cierto que el origen de la tradición literaria se remonta al comienzo de la época arcaica, resulta indispensable llamar la atención sobre la contribución de las fuentes escritas posteriores al corpus mitológico, sin olvidar la plasmación que estos testimonios alcanzaron en todo tipo de soportes artísticos.
Su estudio a través de un análisis iconográfico desvela en líneas generales el conocimiento previo y la influencia de la tradición literaria e incluso la reproducción literal de una versión. Pero más allá del impacto global que el conjunto de una obra haya podido ejercer sobre representaciones artísticas inmediatamente posteriores o más tardías, un estudio de este género pone de manifiesto la selección de unas imágenes que necesariamente aluden a fragmentos concretos de la tradición escrita, de tal modo que aquellos personajes, escenas o situaciones elegidos y plasmados se erigen en los testimonios más representativos de las leyendas en el ámbito de la iconografía, pasando a convertirse a su vez en transmisores de decisiva influencia.
Su impronta en la Antigüedad dependió, sin duda, de las características de cada soporte, siendo precisa la consideración, entre otros aspectos, del espacio disponible a decorar, la funcionalidad y el entorno de la obra, así como su radio de difusión. En esta línea, la recurrencia a determinados temas mitológicos o versiones como reflejo de un contexto histórico y al tiempo su consiguiente impacto varía notablemente a tenor de su representación en cerámicas, relieves escultóricos, pinturas, mosaicos, etc., resultando ineludible situar su estudio en el marco específico de cada uno de estos soportes artísticos.
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