|
Textos
literarios como fuente histórica
por Enrique Villalba Pérez
Si cruzamos lo que nos muestra la literatura con fuentes legales,
con documentación institucional, con textos privados, etc. podremos
matizar muchos aspectos. Con mucha frecuencia, el resultado de esa
combinación nos permitirá determinar que la literatura es muy útil
para ilustrarnos determinados tipos o comportamientos, para aportar
detalles o vida a algunos usos o prácticas, a algunas escenas, a grupos
sociales determinados... Pero hemos de ser mucho más prudentes al
utilizarla para establecer frecuencias, para generalizar esos tipos,
hábitos o escenas... Por ejemplo, la literatura picaresca, muy empleada
desde hace décadas por una determinada historiografía ha determinado
que la imagen de la sociedad de algunas ciudades de nuestro Siglo
de Oro, especialmente Madrid y Sevilla, se haya deformado hasta presentarla
exageradamente formada por hampones, pícaros, delincuentes, marginados,
prostitutas... Y es obvio que esos grupos existieron y que se comportaron
en buena medida como la literatura nos describe.
Al enfrentarnos en la labor docente a los documentos literarios en
su comentario hemos de insistir especialmente en la contextualización
histórica. En todo caso, su utilidad es mayor si los empleamos para
ilustrar las explicaciones y, sobre todo, si los contrastamos y comparamos
con textos de otra naturaleza.
|
|
|
|