Desde el punto de vista de la química llamamos alimento a cualquier sustancia o mezcla que contenga uno o varios de los llamados principios inmediatos (cuerpos que pueden separarse de los seres orgánicos por medios físicos: destilación, filtración diálisis,..). Los principios inmediatos son:
- Hidratos de carbono.
- Lípidos (grasas).
- Proteínas.
- Vitaminas.
- Sales minerales.
- Agua.
Su origen puede ser orgánico o inorgánico. De origen orgánico son los tres primeros; los otros son de origen inorgánico, al igual que el oxígeno y el nitrógeno del aire.
Si tenemos en cuenta la función que realizan, se define como alimento a “cualquier sustancia que introducida en la sangre, nutre, repara el desgaste y da energía y calor al organismo, sin perjudicarlo ni provocarle perdida de su actividad funcional”.
Según la anterior definición los podemos clasificar en:
- Energéticos.
- Reparadores.
- Reguladores, intervienen en los procesos metabólicos.
Alimentos plásticos o formadores
Los hidratos de carbono y las grasas cumplen principalmente una función energética. Las proteínas y las sales minerales son principalmente reparadoras. La función reguladora la cumplen principalmente las vitaminas y algunos minerales.
No hemos incluido el agua en los apartados anteriores intencionadamente ya que interviene en todos y cada uno de las funciones de manera imprescindible. El agua es el componente que predomina en los seres vivos, por término medio entra en proporción del 75%. El hombre adulto es un 50% agua, la medusa un 95%. Dentro de un mismo organismo la proporción de agua varía mucho de unos órganos a otros. En los mamíferos es el 80% de la sangre, el 22% del tejido óseo, el 75% de los músculos, el 15% del tejido adiposo. Digamos que no toda el agua de nuestro organismo ha sido tomada del exterior, en la combustión de la glucosa y de las grasas se sintetiza agua. Pero es necesario e imprescindible su ingestión del exterior, en forma líquida o en la composición de otros alimentos.
Alimentos energéticos