Tras la sublevación, España quedó dividida en dos bandos, localizados en su territorio, con recursos humanos, económicos y militares distintos:
- En poder de los sublevados quedó el ejército africano (el más operativo), algunas divisiones de la península, Canarias y parte de Baleares, más de la mitad de las fuerzas de orden público y la mayoría de los oficiales. En términos geográficos, suponía un tercio del territorio (que incluía la agricultura castellano-leonesa, la pesca de Galicia y la riqueza minera de Huelva).
- La República tenía superioridad en recursos humanos y materiales: las grandes ciudades (Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao), las zonas industriales y las reservas del oro del Banco de España. Esas ventajas se compensaron con graves carencias en el plano militar. La armada se quedó sin Estado Mayor y casi sin oficiales. En el ejército sólo alrededor de un 20% de oficiales permanecieron leales a la República.
A mediados de agosto de 1936 la situación geográfica era la siguiente: |