Una aplicación muy importante de la revolución científico-técnica fue el desarrollo de la cultura de masas. En aquellos años se pusieron las bases de un desarrollo que llega hasta nuestros días.
El cambio, sin embargo, es mucho más complejo que la simple aplicación de innovaciones técnicas. Por debajo de él, discurre todo un proceso social y político. Proceso que supone avances del sistema democrático y una creciente madurez social: la obtención del sufragio universal (primero masculino y después extensivo a la mujer), ampliación de las libertades de asociación y expresión, la reducción de analfabetismo, etc.
Ese proceso, unido al crecimiento de los medios de comunicación, permitió que las manifestaciones culturales -hasta entonces disfrutadas sólo por una elite- llegasen a amplios sectores de la sociedad. Destacamos los siguientes fenómenos:
- El deporte como espectáculo de masas, con sus connotaciones políticas y nacionalistas: el boxeo y el fútbol.
- La música popular urbana, desde el cabaret hasta los nuevos ritmos bailables (el tango, el fox-trot, el charleston, el bolero,...).
- La prensa ilustrada, la difusión de la fotografía, los cómics, los carteles publicitarios, la era dorada de la radio y los inicios de la televisión.
- El cine. Es el momento del paso del cine mudo al sonoro, de la creación de las poderosas compañías cinematográficas, sobre todo en Hollywood (Metro Goldwin Mayer,...), de las grandes estrellas del cine (el star system), auténticos mitos y modelos de comportamiento vital.
Todas estas manifestaciones de la cultura de masas fueron un factor importante de poder. En un doble sentido: desde el poder a la sociedad y, dependiendo del nivel de madurez democrática, desde ésta a sus gobernantes. Las dictaduras totalitarias impidieron el desarrollo de una opinión pública. |