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Un poco de historia

El tiempo a través de la historia

Como sabéis el tiempo es una parte muy importante en nuestras vidas. Lo rige todo: las horas de clase, las horas de las comidas (horas, minutos y segundos), la duración del curso (meses y días), los periodos de la historia (siglos). Tenemos un sistema de medida del tiempo muy bien organizado que nos permite vivir con seguridad. Para ello la tecnología nos ha dotado de relojes que funcionan perfectamente y que nos permiten llegar a tiempo a nuestras citas.

Fuente: http://www.ikkaro.com/como-hacer-reloj-arena-casero

Pero podéis suponer que eso no ha sido siempre así. A lo largo de la historia la propia concepción del tiempo ha cambiado con la evolución de la humanidad y las tecnologías para medirlo han mejorado con la evolución de la tecnología. Cada civilización ha tenido una concepción distinta del tiempo en función, lógicamente, de sus creencias filosóficas y religiosas. En las antiguas culturas existía un tiempo cíclico basado en los periodos de siembra y recogida de la cosecha y en los ritos religiosos asociados a ellas. La medida del tiempo tal como la concebimos ahora no tenía sentido, ni existían medios ni conocimientos para ello.

Platón, en la antigua Grecia, proponía que una cuarta parte del día se destinara a dormir, una cuarta parte al trabajo, una cuarta parte a la comida, la higiene y similares menesteres, y una cuarta parte al ocio. El día y la noche marcaban de forma sencilla la existencia.

Los romanos tenían ya una concepción distinta: dividían el día en “ocio” y “negocio”; y tenían una estructura concreta de los meses: dividían el mes en tres partes que se iniciaban por las tres fiestas del calendario: las calendas (era el primero de cada mes), las nonas (el séptimo día en los meses de marzo, mayo, julio y octubre, y el quinto los demás) y los idus (se celebraban el día 15 en los meses de marzo, mayo, julio y octubre, y el 13 en los restantes).

También los romanos fueron los primeros en utilizar el mes como medida de tiempo para dividir el año. En principio el mes corresponde a lo que dura una vuelta completa de la Luna alrededor de la Tierra: 29 días 12 horas, 44 minutos. Como veis no se corresponde exactamente con nuestros meses.

A lo largo de la historia los meses se han ido cambiando por distintas circunstancias hasta conseguir “ajustarlos” al año solar. Por eso tenemos meses de distinta duración: para conseguir que el total de días del año sea 365.

El año solar, lógicamente, es el tiempo que tarda la Tierra en dar una vuelta completa alrededor del Sol.

Pero ese tiempo en realidad no son 365 días, sino 365 días, 5 horas, 48 min. y 48 seg. Esa es la razón por la que tenemos años bisiestos: cada cuatro años el mes de febrero tiene 29 días y el año 366, así compensamos esa diferencia de 5 horas, 48 min. y 48 seg. (casi un cuarto de día). No obstante esa compensación no es perfecta y por eso los años terminados en dos ceros no son bisiestos.

Galileo Galilei Fuente: http://fabricaldreams.wordpress.com/2009/07/17/galileo-galilei/

Para terminar, debéis saber que la concepción del tiempo como algo estático y medible llega con el nacimiento de la ciencia moderna, en el siglo XVI y XVII con Galileo y Newton. Aunque se sabe que los primeros relojes mecánicos aparecieron en el siglo XV, y ya existían relojes de arena desde principios del siglo XIV.