La expansión por el Norte de Africa estuvo provocada por los ataques que los piratas berberiscos efectuaban en todo el Mediterráneo. Las plazas más importantes que conquistaron fueron Melilla (1497) y Orán (1509), y establecieron protectorados en Bujía, Trípoli y Argel. A pesar de estos esfuerzos en este reinado no se consiguió acabar con la piratería berberisca, que estaba firmemente apoyada por los turcos, el gran imperio que se había establecido en el Este del Mediterráneo.