Expansión (S.XI - XIII)

Entre el año 1000 y el año 1300 se produjo una importante expansión de Europa. Esa expansión no hacía más que continuar el gran crecimiento que se había producido desde los tiempos del emperador Carlomagno. En tiempos de este personaje, considerado uno de los “padres de Europa”, es decir, hacia el año 800, el Norte y el Centro de Europa, los países escandinavos y eslavos, no estaban organizados administrativamente. Sin embargo, para el año 1000 habían formado reinos o estaban en proceso de crearlos.

Desde comienzos del siglo XI, en el espacio europeo se fue consolidando la formación territorial que se había efectuado en tiempos anteriores. Los reinos fueron evolucionando y desarrollándose de acuerdo con las posibilidades de los tiempos, y así hubo momentos de expansión y de crisis. El recuento de la población puede ser una buena medida de la expansión que se produjo a partir del año 1000.

Si se tiene en cuenta que el continente europeo tenía al comenzar el segundo milenio una población de 25 millones de habitantes, y hacia mediados del siglo XIII había llegado a 75 millones, hay que suponer que las condiciones de vida para los europeos habían sido lo suficientemente buenas como para poder crecer en esos porcentajes. La población creció gracias a mejoras en la alimentación, debidas, a su vez, a las mejores cosechas permitidas por algunos avances tecnológicos.

Las circunstancias favorables permitieron una etapa de expansión, que repercutió en diversos aspectos de la vida del hombre como la economía, la organización de la sociedad, o los avances en la cultura. Coincidieron esos tiempos con las expediciones de los cruzados, y con cambios significativos en la organización territorial y la situación política