Ministerio de Educación, Política Social y Deporte
ESO, Educación Secundaria Obligatoria


Europa del siglo XI al XV



EXPANSIÓN (S.XI - XIII)


Espiritual. El tiempo de las cruzadas


Territorial: modificaciones del mapa europeo


Política: hacia un mayor poder del rey


EL FINAL DE LA EDAD MEDIA(S.XIV-XV) ¿UNA ETAPA DE CRISIS?


MANIFESTACIONES CULTURALES Y ARTÍSTICAS


Universidad


Arte románico


Arte gótico


3.

Europa del siglo XI al XV

Expansión (S.XI - XIII) - Espiritual. El tiempo de las cruzadas

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Capiteles de una iglesia de la provincia de Soria (siglos XI-XIII). María J. Fuente (col. particular, 2007)Aunque el Papa predicó la cruzada, fue Pedro el ermitaño el que puso gran empeño en que los fieles franceses conocieran las razones para ir a los Santos Lugares. En el Imperio Bizantino, que mantenía la religión cristiana aunque había roto con la obediencia al Papa en 1054, una princesa, Ana Comnena, escribió una crónica del tiempo que le tocó vivir, y entre otras cosas cuenta su experiencia de las cruzadas. Como bizantina no obedece al Papa y atribuye el inicio de la cruzada a Pedro el ermitaño, porque este monje francés:

“…había ido a venerar el Santo Sepulcro; tras haber sufrido malos tratos por parte de los turcos y de los sarracenos que asolaban toda Asia, con grandes dificultades logró regresar a su país. Como no podía soportar haber fallado en su objetivo, decidió repetir el viaje. Pero comprendió que no debía volver a hacer solo el camino del Santo Sepulcro, pues podían sobrevenirle peores desventuras, y tomó una hábil decisión. Se trataba de predicar en todos los países de los latinos: “Una voz divina me ordena proclamar, ante todos los condes de Francia, que cada uno de ellos debe abandonar su hogar para ir a venerar el Santo Sepulcro, e intentar con todas sus fuerzas y con todo su ardor liberar Jerusalén de la mano de los agarenos”.

Aunque el texto de Ana Comnena no puede tomarse al pie de la letra, lo que sí muestra son razones para emprender la cruzada: recuperar Tierra Santa, a la que era difícil acceder tras la conquista de esa zona por los turcos seljúcidas. Esas razones debían ir acompañadas de móviles que atrajeras a los cruzados, y entre ellos se podrían citar el ansia de gloria de los caballeros (algo rechazado por el Papa), la pretensión de alcanzar riquezas (lo que resultó realmente difícil), o los beneficios espirituales (perdón de los pecados).





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