Expansión (S.XI - XIII) - Espiritual. El tiempo de las cruzadas
Los obispos y los monjes contribuyeron a difundir el espíritu de cruzada con sus predicaciones.
Un testigo de aquel tiempo, Guillermo de Nogent, describe la oratoria de Pedro el ermitaño:
“Le vimos entonces, recorriendo ciudades y pueblos para predicar allí, rodeado de tan gran multitud de gente, colmado de tan grandes presentes, honorado de tal reputación de santidad, que nadie que hombre recuerde, fue tenido en semejante honor. Se mostraba muy generoso con los pobres gracias a las limosnas que le daban…hiciera lo que hiciese o dijera lo que dijese, se mostraba como alguien cuasi divino. Hasta el punto de que los fieles arrancaban pelos de su mulo a guisa de reliquia”.
Las predicaciones tuvieron efecto y miles de hombres se pusieron en camino, formando un ejército en el que “nadie mandaba ni dirigía a otros… Fue pues sin duda el Espíritu Santo, que sopla en la dirección que le place, quien los animó para que se encargaran de tantas labores”. |