El interés por controlar el reino de Navarra no fue una novedad del reinado de Isabel y Fernando. Ya Juan II, el padre de Fernando, había reinado en Navarra, al haber estado casado en primeras nupcias con Blanca de Navarra, y ser el padre del príncipe heredero, Carlos de Viana, que falleció antes de llegar a reinar.
Desde 1479, al morir Juan II, los Reyes Católicos tuvieron puestas sus miras en Navarra, y llegaron a plantear la posibilidad de casar a su hijo primogénito, el príncipe Juan, con la heredera de Navarra. Este matrimonio no se llevó a efecto, pero la reina tuvo que casarse con un candidato aceptable no solo para los Reyes Católicos sino también para el rey de Francia. Fernando el Católico, fue imponiendo condiciones a Navarra en tratados que firmaron ambas partes entre 1488 y 1495, que convertían a Pamplona en un auténtico protectorado de los reinos hispánicos.
Años más tarde, en 1512, Navarra se anexionaría definitivamente a Aragón, para poco después, en 1515 pasar a formar parte de la corona de Castilla. |