1492 es un año en el que suceden muchas cosas en los reinos de las Españas: se conquista el reino de Granada, se expulsa a los judíos, se publica la primera gramática castellana (la de Nebrija); sin embargo, la fecha es especialmente conocida por el descubrimiento de América.
Bien conocido es que el 12 de octubre de 1492 Cristóbal Colón puso por primera vez el pie en un territorio, una isla del continente americano. No debió de ser el primer europeo que pisó América, pues los normandos ya habían viajado al Nordeste de América del Norte, a la zona de la Península del Labrador, probablemente en el siglo X. Sin embargo, en los tiempos de Colón no había noticia de esos viajes de los normandos.
Es probable, no obstante, que Colón hubiera oído hablar de la existencia de tierras del otro lado de la llamada mar Océana (el Océano Atlántico). Marineros italianos podían haber hecho el viaje de ida y de vuelta y contar las fantasías de los monstruos marinos que se encontraban en ese Océano, el Mar Tenebroso. En efecto, en los barcos que podían utilizar en el siglo XV, las gigantescas olas del medio del Atlántico en días de tempestad debían aparecerse como terribles monstruos marinos, especialmente en la oscuridad.
Hubiera oído o no esos relatos, Colón parecía convencido que había tierras del otro lado del Océano, y además que esas tierras eran las de Cipango, es decir, el Japón. Ese convencimiento lo expone a los reyes y a los grandes de Castilla, junto con las cartas de Toscanelli, y sus convicciones sobre los vientos atlánticos y las corrientes marinas.
No fue fácil convencer a los científicos de su tiempo, desconocedores también de la realidad geográfica, aunque probablemente intuían que los cálculos de Colón acerca de lo estrecho del Océano y la cercanía de las tierras asiáticas eran erróneos.
A pesar de no haber sido fácil conseguir apoyos, la reina Isabel y su esposo comenzaron las negociaciones con Colón al día siguiente de la toma de Granada, al comenzar el año 1492. El 17 de abril de ese año firmaron las Capitulaciones de Santa Fe, por las que se establecían las compensaciones desorbitadas que recibiría Colón si esta empresa triunfaba. A pesar de todas las exigencias, los reyes decidieron apoyar la aventura. ¿Por qué?
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