Monarquías Parlamentarias
Inglaterra caminaba hacia el absolutismo como otros Estados europeos del siglo XVII. Pero durante el reinado de Carlos I se produjeron dos revoluciones contra el intento de estos monarcas de consolidar en el país el absolutismo político ligado al catolicismo intolerante.
La primera revolución se produjo entre 1642 y 1649. El parlamento, convocado para obtener dinero, se volvió contra el rey y formó un ejército que, dirigido finalmente por Cromwell, venció a Carlos I, que fue arrestado y ejecutado.
Tras la dictadura de Cromwell se restauró la monarquía de los Estuardo. Pero ante los intentos de alianza con Francia y la Santa Sede, se produjo la revolución de 1688, en la que perdió el trono Jacobo II, cediendo la corona a su hija María, de religión protestante y casada con Guillermo de Orange, estatúder de las Provincias Unidas neerlandesas.
La victoria del parlamento obligó a estos monarcas a aceptar la Declaración de Derechos de 1689 que limitaba el poder real y convertía al país en una monarquía parlamentaria de base burguesa, modelo que se extendió en la Europa contemporánea por otras muchas naciones del continente.
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