La guerra terminó con la firma de la Paz de Westfalia. Desde el año 1636 se habían  mantenido negociaciones para terminar con una guerra que estaba resultando costosa y sangrienta, especialmente para el pueblo llano, que tenía difícil saber a quien tenía que servir, a quien tenía que pagar el tributo de sus escasas provisiones, y hasta desconocía los causas de la guerra; pero Francia no estaba dispuesta a negociar, cuando acababa de iniciar su participación en la guerra (1635) con el objetivo esencial de acabar con el poderío español; las conversaciones formales se iniciaron a partir de 1642, y el resultado fue la firma de varios tratados cuyo conjunto se conoce con el nombre de la Paz de Westfalia.

Lo firmado en esos tratados puede resumirse en los siguientes puntos:

• Consecuencias territoriales. Cambios en el mapa europeo: surgen dos nuevos países, Holanda, que consigue independizarse por completo de la monarquía hispánica, y Suiza.
  
  
• Consecuencias políticas. Equilibrio europeo para impedir el dominio de un país sobre los demás, se consiguió al perder la monarquía hispánica la hegemonía europea. Pérdida de poder del emperador el Sacro Imperio se convirtió en una confederación de pequeños estados, más de 350, que ocuparon el territorio alemán hasta su unificación en el siglo XIX. La idea imperial que había defendido Carlos I, la unidad de las cristiandad (universitas christiana), se pierde por completo, al imponer Francia la idea de que los estados son los principales responsables de la política y los súbditos han de obedecer al estado por encima de cualquier otro poder.
  
  
• Consecuencias religiosas. El rey o príncipe de un territorio es el que fija la religión en su estado: cuius regio, eius religio. El Papa dejó de ejercer el gran poder temporal que había tenido durante toda la Edad Media.