Al estudiar la arquitectura barroca hay que hacer una referencia previa al urbanismo, puesto que la construcción de iglesias, palacios o edificios de otra índole se subordinan al lugar que ocupan en la ciudad, a la calle, la avenida o la plaza. La arquitectura no se concibe de manera aislada, sino como parte de un conjunto. El diseño de la calle o de la plaza se hace tomando como punto de referencia un edificio principal, que se utiliza como escenario al que van dirigidas las miradas de los que circulan por ese espacio urbano. Buenos ejemplos de la teatralidad que define al urbanismo barroco se encuentran en Versalles, como conjunto que resalta el poder político del monarca que lo mandó construir, y la plaza de San Pedro en Roma, conjunto que tiene como objetivo resaltar el poder de la Iglesia Católica. |