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 ANTIGUA |
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| 1. Técnicas de navegación |
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Además del tradicional cabotaje costero entre emplazamientos próximos, que se desarrollaba preferentemente en las horas diurnas, cubriendo travesías no superiores a las 25 o 30 millas náuticas por día, en el transcurso del I milenio a.C. se logró una navegación de largo recorrido a mayor distancia de la costa e incluso, sin avistar tierra, a mar abierto.
Dicho progreso tendría una mayor repercusión en la navegación por otros mares, ya que examinando la carta geográfica del Mediterráneo se puede constatar que los trayectos marítimos sin puntos costeros de referencia son en realidad raros. No obstante, a juzgar por la velocidad de los navíos comerciales, entre 2 y 3 nudos, y el cálculo de unas 50 millas náuticas diarias, travesías antes inéditas, desde las costas africanas a las costas de Cerdeña y a las islas Baleares, y desde las Baleares a las costas occidentales de Cerdeña, fueron realizadas.
Gracias a la prosecución del rumbo durante la noche y siempre que las condiciones atmosféricas lo permitían, entre los meses de marzo y octubre, en las estaciones más tranquilas. La orientación estaba garantizada por la observación de la Osa Menor, constelación conocida en el mundo antiguo con el nombre de Estrella Fenicia.
Las fuentes escritas mencionan dos tipos de naves entre las de origen fenicio, las comerciales y las de guerra. Las primeras tenían una longitud entre 20 y 30 metros y una anchura de 6 ó 7, estaban provistas de palo maestro y una vela rectangular, que posibilitaba únicamente la navegación con vientos procedentes del cuadrante de popa, y su gobierno aparecía garantizado por el timón y remos con pala asimétrica, fijados sobre el lado izquierdo en la proximidad de la popa, y con una capacidad para 20 tripulantes.
Las destinadas a la guerra podían albergar, en cambio, a un mayor número de remeros. La más antigua, la pentecotera, unos 50, la trirreme, en uso entre los siglos VII-IV a.C., 180 en tres filas superpuestas, mientras la tetrera y la pentera, utilizadas por los cartagineses, entre 240 y 300 hombres.
Una de estas naves cartaginesas, tras ser capturada en el Estrecho de Mesina, serviría de modelo a Roma para la construcción de su flota, según los testimonios de Polibio y Plinio.
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OCÉANO ATLÁNTICO
