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 ANTIGUA |
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En principio entre los colonizadores griegos y fenicios, más tarde entre cartagineses y romanos. Y de esta pugna y de otras con los reinos helenísticos es bien sabido que saldría victorioso el estado romano. Al dominio de Roma en el mar debería ésta en buena parte la conquista de su imperio.
Pero de teatro de operaciones bélicas el Mediterráneo pasará en época imperial romana a ser la más importante vía de comunicaciones entre las distantes provincias, tanto en el transporte de personas como de mercancías, uniendo los puntos más lejanos con la capital.
Complementando el papel que habría de jugar en las operaciones militares y comerciales, con la navegación de soldados y comerciantes viajó también otro tipo de gentes, gentes distintas con las que navegaron también otras ideas, costumbres, y creencias, en suma, un fructífero intercambio cultural. El Mediterráneo fue, por tanto, protagonista en la cohesión de un Imperio configurado a pesar de todo por su gran diversidad en todos los ámbitos y, como tal, el principal eje en torno al cual giró la romanidad. La pérdida de su papel estelar, con los acontecimientos que propiciaron tras la caída del Imperio la posterior oscilación hacia Centroeuropa es señalada por algunos autores como el hecho que delimitaría el fin de la antigüedad y el inicio del Medievo.
No obstante, además de su significación política, económica, social y cultural, el Mediterráneo, el mar por excelencia en el mundo grecorromano, muestra otras vertientes, a veces de significación opuesta. Símbolo de beneficio y purificación, lugar familiar y frontera límite de lo conocido hasta las columnas de Herakles, en contraste con el tenebroso mundo que comienza tras él, y sinónimo al tiempo de peligrosidad por los numerosos escollos que tanto desde una perspectiva real como simbólica presenta, al referir expresamente las dificultades de una travesía y al aludir de modo alegórico a las vicisitudes de la sinuosa travesía de la vida terrena, e incluso a la materia de la que debe salir indemne el alma, según la doctrina platónica ampliamente desarrollada por los neoplatónicos.
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OCÉANO ATLÁNTICO
