Las raíces de la Historia de España se hunden en los tiempos prehistóricos, o al menos a esos tiempos hay que remontarse para encontrar a los primeros hombres que vivieron en la Península Ibérica. La idea de que en esta tierra vivieron seres humanos desde hace milenios se ha corroborado con los nuevos hallazgos de los arqueólogos en Atapuerca. La civilización de los hombres que vivieron en este territorio desde tiempo inmemorial evolucionó no solo por sus propios medios sino por la llegada de pueblos colonizadores que pudieron aportarles nuevos conocimientos. Los primeros fueron los celtas, procedentes del centro de Europa, y los fenicios y los griegos, procedentes del Este del Mediterráneo. Los fenicios comerciaron con algunos de los pueblos más antiguos que se conocen en el Península, en concreto con los tartesos. A esos primeros pueblos colonizadores les siguieron cartagineses y romanos. Estos últimos organizaron política y administrativamente el territorio, hasta que otro pueblo invasor, el visigodo, se hizo con el control de buena parte de la Península Ibérica y creó un reino.
Las raíces de lo que después sería España hay que buscarlas, pues, en momentos muy distintos de la historia de los hombres: prehistoria, protohistoria e historia antigua y medieval. Es importante conocer estos pueblos por sus aportaciones e influencia posterior, aunque la escasez de la información ha promovido la polémica entre los historiadores acerca del papel que cada uno de esos pueblos pudo ejercer en la configuración de los futuros habitantes de España y Portugal. |