Varios años después del asentamiento de estos pueblos, aparecieron los visigodos, quienes firmaron un pacto con los romanos por el que se establecerían en la única provincia que había quedado libre, la Tarraconense, pero con el fin de defender a los romanos de los posibles ataques de los primeros invasores. No parece que los visigodos estuvieran interesados en permanecer en ese territorio, pues pronto firmaron otro pacto con los romanos por el que se asentaron en las Galias, donde formaron el Reino Visigodo de Tolosa.
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