Las reparaciones de guerra.
Por el Tratado de Versalles (1919), Alemania hubo de reconocer su culpabilidad en la guerra y hacerse responsable de los daños producidos. Por eso debía pagar unas reparaciones de guerra a los países vencedores.
En concepto de anticipo, fue ocupado el Sarre (yacimientos de carbón e industrias metalúrgicas y químicas) durante un periodo de 15 años. Además, se confiscaba la flota mercante y se convertía en público el uso de máquinas y procedimientos protegidos por el régimen de patentes.
Alemania no podía hacer frente al pago de esas reparaciones, exigidas con dureza por Francia. Muchos alemanes consideraron el Tratado de Versalles como una auténtica imposición: lo llamaron el Diktat.
La crisis más importante que provocó esta tensión llevó a la ocupación francesa y belga de la zona industrial alemana de la cuenca del Rhur en 1923.
La situación se solucionó con la propuesta del Plan Dawes, debido a la intervención de EE UU. |