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Fuego límpio |
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El matrimonio Curie recibe en 1903, junto al investigador H. Becquerel, el premio Nobel de Física, por sus investigaciones en torno a la radioactividad, o emisiones de rayos detectadas en el uranio. Los tres investigadores demostraron que dichas emisiones estaban relacionadas con la cantidad de uranio presente en el material. También iban a descubrir que más radioactivos que el uranio eran otros dos elementos, el radio y el polonio. Tres décadas más tarde, en la Alemania nazi, los físicos Hahn y Strassmann bombardean núcleos de uranio con neutrones y descubren así la fisión nuclear.
Aunque la utilización de la energía nuclear en un principio para fines de destrucción masiva coloca la historia de su desarrollo técnico en un capítulo oneroso del devenir del hombre, lo cierto es que, paralelamente a los avances en el terreno armamentístico, la energía nuclear se revela como un fuego limpio y de gran utilidad. En 1942, bajo la dirección de Enrico Fermi, se construye el primer reactor nuclear de la historia, destinado a la generación de energía eléctrica. La aplicación de la Resonancia Magnética Nuclear (RMN) a la medicina permite, en 1970, obtener imágenes de las estructuras blandas del interior del cuerpo humano. La Tomografía Computadorizada (TAC) permite en 1972 con el uso de un escaner radiografiar partes de la anatomía por secciones y reconstruir después, con la ayuda de un ordenador, la imagen obtenida en función de la densidad de los rayos X absorbida para cada punto de la sección anatómica explorada. |
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