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Aceite |
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Allí llegaba la abundante y valorada producción oleícola de las grandes extensiones de las villae del Norte de África y especialmente de la Bética, que primero por tierra y luego por mar surtía a la Roma imperial y a buena parte de las provincias del Imperio, a juzgar por la interesantísima documentación arqueológica que están proporcionando las sucesivas campañas de excavación dirigidas por un equipo español en el Monte Testaccio, en Roma.
Al tratarse de un vertedero de la época imperial, el análisis de los fragmentos de ánforas objeto de abandono proporcionan no sólo el tipo habitual de envase, Dressel, sino la marca de procedencia, mayoritariamente de la Bética.
Aparte del comercio interior, el aceite formaría parte de las exportaciones destinadas, por ejemplo, al Báltico a cambio del preciado ámbar.
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