El burgués fue inicialmente un habitante de los burgos o ciudades medievales, una persona que se había separado del campesinado para convertirse en artesano, fabricante o comerciante.
Con trabajo y capacidad, hicieron fortuna a lo largo de los siglos pero, por lo general, mantuvieron costumbres ahorradoras y austeras, con familias fuertemente unidas bajo la autoridad paterna. Según sus profesiones, dentro de este amplio grupo social podían distinguirse:
- los financieros y rentistas que habían medrado al servicio del rey y habían sido colmados de favores. Muchos de ellos estaban vinculados con la aristocracia mediante matrimonios y eran hombres cultivados, sabios, escritores, mecenas, etc.;
- la burguesía de negocios, para la que el comercio marítimo era una fuente de enriquecimiento. Los más poderosos vivían en puertos o en centros de distribución y fabricación;
- los fabricantes y manufactureros, que encargaban a los campesinos y artesanos trabajos a domicilio, entregándoles la materia prima.
- Las profesiones liberales eran también patrimonio mayoritario de la burguesía. Jueces y abogados, médicos y boticarios, hombres de letras, etc. vivían tanto en grandes como en pequeñas ciudades.
Tras hacer fortuna, muchos llegaron a emparentar con la nobleza.
En el siglo XVIII, en Europa occidental, la alta burguesía competía en riqueza y lujo con la aristocracia, a la que pretendió imitar, pero no llegó a alcanzar su influencia política hasta que las corrientes ilustradas y las revoluciones burguesas rompieron las bases de la sociedad estamental del Antiguo Régimen. |