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Elemento purificador |
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2. Libros |
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El 1 de enero del año 2002 una noticia periodística informaba de que los integrantes de una iglesia norteamericana del estado de Nuevo Mexico habían efectuado la quema del libro Harry Potter por considerar que su autora, la británica Joanne K. Rowling, promovía con él la "brujería".
El castigo del fuego a obras con califícativo de brujería, herejía o disidencia ha sido algo que viene de tiempo inmemorial. Muchos libros fueron llevados al fuego durante la Edad Media. Algunos formaban parte de las bibliotecas de minorías étnico-religiosas diferentes a la dominante en el país en el que se aplicaba el castigo. Otros eran obras de autores de la misma religión, pero con contenidos que se desviaban del dogma aceptado oficialmente. Hay ejemplos de uno y otro caso.
En París en el año 1240 se quemaron públicamente por monjes dominicos, todos los ejemplares conocidos del Talmud.
Otro ejemplo famoso es el de la quema del libro de Abelardo, quien ponía en tela de juicio el dogma de la Santísima Trinidad en su libro De Unitate et Trinitate divina:
“Por fin fui llamado, presentándome
inmediatamente al Concilio. Sin ningún proceso de juicio me obligaron
a que, con mi propia mano, arrojara al fuego el mencionado libro.
Y así se quemó” |
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Abelardo, Historia Calamitatum |
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