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Elemento curativo |
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En momentos en que el hombre se ha sentido incapaz de encontrar medio eficientes de curación de enfermedades, se ha acudido al fuego con la esperanza de que fuera destructor del origen del mal. Algunos ejemplos ilustran el uso. Uno de los más interesantes es el del Papa Clemente VI, uno de los papas de Avignon, que temeroso de morir ante la terrible epidemia que padecía Europa a mediados del siglo XIV, decidió encerrarse en su palacio y seguir el consejo de su médico: permanecer sentado en su cámara, entre dos enormes fuegos.
El fuego purificaría el aire al destruir la causa de la enfermedad, aunque en aquel tiempo desconocían esa causa. A pesar de ello consideraban que quemar las ropas de las víctimas o a las propias víctimas podría ser un medio de liberarse de los efectos de tan terrible epidemia. Algunas cofradías de caridad se encargaban de quemar los cadáveres de los apestados. |
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