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Los productos americanos |
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1.1 Rutas, convoyes y flotas |
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La plata producida por las minas peruanas se transportaba a lomos de mula hasta Lima; allí se dirigía también la producción chilena, mucho menor. Una vez al año todo al plata de Suramérica se embarcaba con escolta militar en el puerto de El Callao rumbo a Panamá en la Armada del Sur. De nuevo se descargaba la plata y de nuevo sobre caballerizas había de atravesar el istmo de Panamá hasta la costa caribeña. Portobelo era el lugar de embarque para cruzar el Atlántico rumbo a Sevilla.
La ruta del oro de la Nueva Granada no era tan larga, aunque resultaba también muy dura y accidentada -en parte fluvial- desde las minas hasta su puerto de embarque hacia la Península: Cartagena de Indias. Por último, la plata novohispana era llevada hasta la ciudad de México y desde allí, casi todo el trayecto en recuas de mulas, a Veracruz, su puerto de embarque.
Tanto por razones defensivas como por la escasez de buenos pilotos, la travesía atlántica se realizaba, desde 1543, formando un convoy escoltado con los barcos cargados de los metales preciosos y otros productos. Navegar de ese modo resultaba más lento y costoso, pero también permitía a los barcos ayudarse unos a otros en caso de necesidad. No obstante, los naufragios fueron relativamente frecuentes.
El sistema original de convoyes se modificó en 1564. Desde entonces zarpaban cada año un convoy para Suramérica (galeones de Tierra Firme) y otro para México (flota de Nueva España), que agrupaban el 85 % de los buques y el 90 % del tonelaje que se desplazaba entre Castilla y sus colonias americanas.
Se trataba de un sistema muy costoso, de difícil planificación, con muchos riesgos y muy lento (lo normal es que el viaje completo de una nave que fuera en las flotas de ida y vuelta durase dos años).
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