En Cataluña, la proliferación de publicaciones regionales en las que se afirma la idea de una nacionalidad catalana comienza ya en la década de 1870. Los escritos de Valentí Almirall, Juan Mañé i Flaquer, director del Diario de Barcelona y de José Torras y Bages, obispo de Vich, propulsaron un regionalismo de diferente signo que pronto tuvo amplios ecos en Cataluña. Era el momento de la Renaixença, el despertar cultural y artístico catalán. En este proceso se inscriben también la creación, en 1877, del primer diario en lengua catalana, el Diari Catalá, dirigido por Almirall.
La celebración del Primer Congreso Catalanista en 1880 supuso un impulso a la acción política de este movimiento. En 1882, Almirall fundó el Centre Catalá, pero incómodos con su postura republicana y democrática, un grupo se separó, y en 1887, fundó la Lliga de Catalunya de raíces burguesas, católicas y conservadoras, bajo la iniciativa de Prat de la Riba y Lluis Doménech i Montaner. En sus mítines reivindicaban la nación catalana y el derecho de autogobierno y Cortes Generales independientes.
En 1892, se redactaron las Bases de Manresa, en las que se reclamaban la restauración de las instituciones del Principado y el traspaso de competencias políticas, militares, económicas y jurídicas, sin menoscabo de la integración de Cataluña en el Estado español.
En 1901, bajo el liderazgo de Prat de la Riba, se crea el primer partido catalán, la Lliga Regionalista de Catalunya en la que destacaría posteriormente Francec Cambó. Desde este partido de inspiración conservadora, se reclamó la afirmación de Cataluña como nación y una mayor intervención en la política nacional, al tiempo que surgía otro nacionalismo más radical y democrático. |