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Especias |
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1. Canela. El
sabor del paraiso. |
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Aunque no tuvo la importancia de la pimienta o el clavo, la canela fue una de las especias más valoradas en la cocina medieval. Procedente de China y Birmania, no solo se usaba en la cocina, sino también en cosméticos, bálsamos y perfumes. También se utilizaba en medicina para curar la tos o la indigestión. Su uso era un símbolo de “status” para los grupos elevados de la sociedad europea. Las clases populares la miraban con envidia, y cuando pudieron usarla la utilizan en recetas populares.
El comercio de la canela fue importante a partir del siglo XIII. Ya en la Antigüedad debió existir un importante comercio de este producto, pero probablemente se perdió en buena medida, hasta que volvió a reanudarse hacia el siglo XIII. Probablemente no se perdió del todo, y algunos documentos medievales hacen menciones a su existencia. En concreto un documento del monasterio francés de Corbie cita la donación de cinco libras de canela hecha al monasterio por el rey Chilperico II (siglo VIII).
Los venecianos controlaban el tráfico de esta especia. Lo compraban en Egipto a donde llegaba procedente de Asia (de Ceilán principalmente) o de la costa africana del Índico. Parece que Marco Polo sabía que Ceilán era la productora mayor de canela, pero no quiso desvelarlo para no perjudicar el monopolio de los venecianos. Éstos fijaban el precio, y lo ponían desorbitadamente alto.
Cuando el poder de los mamelucos en Egipto y de los turcos en Asia Menor hizo más difícil el comercio terrestre de esta especia, los europeos comenzaron a buscar una nueva ruta hacia Asia. Los portugueses consiguieron llegar a Ceilán a finales del siglo XV.
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