|
|
|
|
|
|
Especias |
|
Las especias vivificaban la mesa del hombre medieval
La comida del hombre medieval, en especial la de los pobres campesinos, consistía fundamentalmente en pan. El trigo o el centeno que ellos mismo recogían de sus campos de cultivo era el ingrediente básico para su fabricación. Para hacer el pan les bastaba, pues, con comprar la sal. La sal era un producto necesario, y no solo para el pan, sino para conseguir alimentarse de algunos productos que, a falta de refrigeración o de otros medios de conservación, tenían que conservarse en sal.
Junto con la sal el hombre medieval empezó a utilizar otras especias si quería hacer comestibles y sabrosos algunos alimentos. Se ponían en la carne y el pescado, en el jamón, las sopas y las bebidas. El gusto por las especias aumentó con los viajes de los cruzados a Tierra Santa, de donde trajeron el gusto a la cocina con muchas especias propia de la zona. No significaba esto que antes de los cruzados no se conocieran las especias, antes al contrario ya en la Antigüedad hubo un comercio de especias bastante considerable. La tradicional ruta de las especias sufrió cambios a lo largo de la Edad Media y sus dificultades fueron el desafío necesario para buscar la ruta alternativa que condujo al descubrimiento de América.
Muchas especias eran populares entre el europeo medieval: la canela, la nuez moscada, el clavo, y la más importante de todas la pimienta. Todas ellas procedían de Asia: la canela de China y Birmania, la nuez moscada de las islas Banda, el clavo de las Molucas y la pimienta de la India.
|
|
|