La presencia de Francia en el norte de África y la amenaza de participación de Alemania, llevaron a España a las campañas de Marruecos. Se trataba, en principio, de evitar el predominio de estos países en el Mediterráneo. La opinión pública española veía más inconvenientes que ventajas en la intervención. Las razones hay que buscarlas en dos hechos:
- Renovar el prestigio perdido frente a las grandes potencias (sobre todo después de las derrotas de 1898). Este interés afectaba muy de cerca al ejército.
- Dar respuesta a los intereses económicos de la oligarquía financiera.
Por acuerdos internacionales, España debía establecer su protectorado sobre una parte (la más pobre) del territorio de Marruecos. Al principio la penetración fue pacífica, basada en pactos con las cabilas indígenas. Pero ya en 1909 esta política fracasó, iniciándose la guerra de Melilla, que tuvo un carácter intermitente.
Su culminación fue el desastre de Annual (julio de 1921). En una operación militar imprudente -impulsada el general Fernández Silvestre- el ejército español fue incapaz de contener el ataque de las tropas rifeñas. Su retirada en desbandada dejó sobre el terreno más de diez mil muertos.
El impacto del desastre sobre la sociedad española fue grande y tuvo consecuencias profundas:
- Se abrió una investigación sobre las responsabilidades: el “Expediente Picasso”. Los altos mandos militares, el Gobierno y el propio rey (cuya amistad con Fernández Silvestre era notoria) quedaron en entredicho.
- Una razón importante del golpe de Estado de 1923 fue impedir que se hiciesen públicas las investigaciones.
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