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Alfonso
XIII: la crisis de la Restauración. |
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Partidos |
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La desaparición de los grandes líderes de los dos partidos dinásticos (Conservador y Liberal) dio lugar a la formación de facciones dentro de cada partido. Estos grupos procuraban repartirse cuotas de poder y dar satisfacción a sus respectivas clientelas.
En el Partido Conservador, después de la muerte de Cánovas (asesinado en 1897), surgieron sucesivamente los liderazgos de Francisco Silvela, Antonio Maura, Eduardo Dato (asesinado en 1921) y Juan de la Cierva.
En el Partido Liberal, tras la muerte de Sagasta, los nuevos líderes fueron José Canalejas (asesinado en 1912), Segismundo Moret, Santiago Alba, el conde de Romanones y Manuel García Prieto.
Fuera del sistema, los partidos republicanos -muy divididos- tuvieron escasa relevancia, limitada, en la práctica, a los núcleos urbanos importantes. En Barcelona, destacó el Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux, caracterizado por una demagogia populista extrema.
El Partido Socialista Obrero Español experimentó un crecimiento destacable y continuo. Su líder, Pablo Iglesias, accedió al Parlamento por vez primera en 1910.
En la extrema derecha, siguieron actuando los carlistas, con una implantación regional muy desigual (su mayor fuerza estuvo en Navarra).
Durante estos años se organizaron diferentes partidos y alianzas para representar las aspiraciones nacionalistas de Cataluña y el País Vasco. |
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